Nicaragua.- La Policía de Nicaragua prohibió a la Iglesia católica realizar una procesión prevista para el sábado en homenaje a la virgen de Fátima por supuestos “motivos de seguridad”, reveló el viernes la Arquidiócesis de Managua.
En un comunicado, la Arquidiócesis indicó que la procesión había sido programada en ocasión del Congreso Mariano y el fin de la peregrinación de la imagen de la virgen de Fátima por Nicaragua, pero la Policía Nacional les informó que “no permitirá” realizarla “por motivos de seguridad interna”.
En vista de lo anterior, las autoridades católicas de la capital invitaron a sus fieles a permanecer en ayuno y oración durante este viernes y acudir el sábado “directamente a la Catedral de Managua” para “rezar por la Iglesia y Nicaragua“.
Quienes asistan deberán hacerlo “a pie o en sus vehículos particulares” y “de forma pacífica”, aclaró el comunicado. Indicó que la misa será oficiada por el arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes.
La Policía no ha informado si bloqueará el acceso a la zona de Catedral el sábado para impedir la afluencia de personas a la eucaristía, o si permitirá que la actividad religiosa se realice sin contratiempos.
Desde septiembre de 2018, año en que estalló una revuelta social en Nicaragua, la Policía prohíbe realizar actividades masivas independientes. Solo permite las manifestaciones convocadas por el gobernante partido Frente Sandinista o los actos oficiales que encabezan el presidente Daniel Ortega y su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo.
La prohibición de la procesión religiosa se produce en momentos en que el gobierno mantiene sitiado por la Policía el edificio de la Curia episcopal en la ciudad de Matagalpa (norte), en cuyo interior se mantienen encerrados el obispo Rolando Álvarez, seis sacerdotes y cuatro laicos.
La Policía informó que investiga a monseñor Álvarez, uno de los obispos más críticos de Ortega, por supuestamente “instigar al odio” y organizar “grupos violentos”, después de que el prelado salió a la calle con un crucifijo en alto para pedirle a los efectivos policiales le permitieran salir y oficiar la misa en la catedral de esa ciudad norteña.
La crisis con el obispo Álvarez ocurrió después del cierre de siete radioemisoras católicas de Matagalpa y del cerco policial en torno a la parroquia de Sébaco, municipio de la misma región, cuyo titular, Uriel Vallejos, permaneció retenido junto a seis personas durante varios días.
El junio pasado, Ortega clausuró el canal católico de televisión y en julio expulsó de Nicaragua a 18 monjas de la Orden Misioneras de la Caridad, luego de ordenar el cierre de esa congregación fundada por la Madre Teresa de Calcuta en la década de 1980.
PM
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