DICEN que las comparaciones son odiosas, peeero… resulta imposible no contrastar el triunfo político que se anotó Joe Biden con la aprobación en la Cámara de Representantes de su plan para combatir el cambio climático y la inflación con la parálisis que enfrenta la Cámara de Diputados de México.

MUY FINO hiló el presidente estadounidense durante 18 meses para conseguir el visto bueno para el paquete de medidas que será la piedra angular para darle un profundo giro a la economía de su país, y todo ello en medio de la polarización provocada por su antecesor, Donald Trump.

QUIZÁS justamente la diferencia es que, en México, quien polariza es el Presidente pues, en vez de pactar con la oposición, pretende gobernar a golpe de decretazos, acuerdos supralegales y planes ineficaces, como el que impuso quesque para frenar la inflación.

PARA MUESTRA, un botón: acá, Pemex quiere 6 mil 500 millones de dólares más para la construcción de la carísima refinería de Dos Bocas, que no tiene para cuándo producir. Allá, aprobaron el uso de 370 mil millones de dólares para despetrolizar la economía e invertir en energías verdes… ya.

MIENTRAS en México seguimos alimentando un barril sin fondo, en Estados Unidos ya están viendo cómo deshacerse de los barriles y reemplazarlos por paneles solares.

AUNQUE inició como algo francamente ridículo, se está poniendo bueno el pleito entre el presidente del PRI y diputado federal Alejandro “Alito” Moreno y el también legislador Gerardo Fernández Noroña.

Y ES QUE, con eso de que el petista puede desesperar hasta al más calmado, el priista ya se enganchó y se metió en una broncota al pretender expulsarlo de la Comisión de Gobernación en San Lázaro.

NOMÁS que los cuatroteístas aseguran que Moreno no tiene autoridad para hacerlo ya que el priista fue “destituido” como presidente de esa Comisión el miércoles pasado, durante una sesión a la que él ni siquiera acudió.

TAL PARECE que al campechano nadie le enseñó aquello de que hay que elegir bien las batallas antes de librarlas.

UNA COSA son las ocurrencias… y otra, convertirlas en necedades. Desde que en 2020 se anunció que el programa federal para plantar arbolitos se extendería a comunidades costeras, el asunto sonó muuuy raro.

PERO de eso a la creación del programa Sembrando Vida en el Mar hay un salto que aparentemente desafía toda lógica… porque la idea de “sembrar en el agua” suena tan inútil como el proverbial “arar en el desierto”.

 

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