Ute Lemper lanza en tono sarcástico, fuera los políticos, fuera los bribones. La piedra de toque de su espectáculo remite a la República de Weimar, el fallido antecedente socialdemócrata que provocó el caos y -como reacción extrema- el nazismo. Vienen aplausos en la Sala Nezahualcóyotl, discretos, pero preocupantes aplausos.

La inseguridad ahoga a México, nos empobrece. En el 2021 al país le costó casi 280 mmdp., 1.55% del PIB. Imposible valorar el daño humano. Se imponen varias discusiones nodales, deben darse con seriedad, serenidad y de manera informada. ¿Ha servido la Guardia Nacional? ¿Por qué enterrar a las policías locales? Esa discusión debería basarse en datos, no en intuiciones. La centralización (y militarización de facto) de la seguridad, no ha dado buenos resultados. Allí están los números. Incluso se podría establecer una correlación: a mayor cantidad de efectivos centralizados, peor violencia.

Las otras discusiones son básicamente de principios. También hay números. ¿Debe la seguridad pública estar en manos militares? En un régimen democrático, no. Llevamos dieciséis años viviendo en lo que debería ser una situación excepcional.

¿Es la Prisión Preventiva Oficiosa violatoria de los DDHH? Sí, en democracia debe ser excepción de excepciones y con muchos candados. Número: 40% de los reos esperan sentencia. ¿Justicia? Desde el oficialismo hoy se alega que la situación es muy grave, por ello imponen más fuerzas centrales, militarización definitiva -las FFAA hoy están legalmente en la calle.

También exigen una PPO más amplia. La carreta delante de los bueyes. El imperativo es disminuir la violencia lo antes posible, no hay discusión. Entonces, ¿cuáles han sido las políticas públicas más exitosas aquí y en otros países? La radiografía es clara: fortalecer las policías locales (estatales y municipales) y -sólo en caso excepcional- recurrir a las fuerzas centrales.

La receta no tiene sex appeal, pero es realista: invertir y capacitar a los cuerpos policiacos locales. De hacerlo consistentemente, habrá resultados. Pero claro, admitir que no hubo un análisis serio y rectificar no es opción para la soberbia de la 4T. Se les fue el tiempo. Hoy ofrecen espejitos –militarización y una PPO más amplia- que son un engaño.

“Comedia frívola, ligera y picante, de argumento basado en la intriga y el equívoco…”, así define la RAE al vodevil. En eso estamos. “Alito” -de dudosa reputación- propone, interpósita persona, mantener a las FFAA en las calles y poniendo en riesgo a la Alianza Opositora. ¡Qué miedo debe tener! Un sujeto tambaleante y su allegada, sacan otro conejo de la chistera. Ellos legislaron el periodo de permanencia. ¿Cero argumentos? ¿Por qué mejoraría la situación? ¿Por qué lo proponen ahora? Los compañeros de la Alianza protestan, rompemos dicen. El gobernador de Querétaro da una salida: no pelearse con el priísmo, sino con “Alito”. Ante el fracaso de su “estrategia”, los hoy defensores de la militarización, son exhibidos en las “benditas” redes sociales, enarbolando su anterior versión: la militarización como el horror, todos a los cuarteles. El presidente reclama a los ministros -que suponía incondicionales-  por mirar la ley y no cuidar su proyecto. La ex ministra, olvida lo que defendió. Álvarez Icaza desnuda la incongruencia de M. Delgado. Cambié de opinión, dice el presidente, no sabía lo grave de la situación.

No hay una solución mágica e inmediata. ¿Se puede mejorar la seguridad? Por supuesto, allí están los casos de Yucatán, Querétaro, Nuevo León, Coahuila y otros. Se necesita invertir en ello, no en caprichos.

Ufanas improvisaciones gubernamentales, un “Alito” sin principios o doctrina, sin palabra, legisladores maromeros, el vodevil en pleno.

Cómo llamarlo, indignidad, envilecimiento, cinismo. Lo primero es recuperar la seguridad y por supuesto salvar nuestra democracia. Por eso Ute Lemper levantó aplausos. ¡Cuidado! La desesperación, condujo al nazismo.

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