La muerte de la Reina Isabel II del Reino Unido ha impactado noticiosamente a los medios internacionales. No cabe duda de que esta mujer que reinó durante 70 años dejó huella, a pesar de algunos críticos que no están de acuerdo. Aunque no era heredera al trono, terminó por asumirlo con un profundo sentido del deber dedicando su vida al servicio de su país. Un gran ejemplo para tantos líderes que solo utilizan el puesto de mandatarios para servirse del poder que otorga estar al frente de una nación.
La Reina Isabel vivió momentos tensos y difíciles tanto en su vida privada como en la pública, venciendo los momentos críticos con entereza. Aun sin poder político, su figura era muy respetada y los detalles significativos que manifestaba en sus relaciones diplomáticas despertaban gran admiración. Según historiadores, solo perdió la compostura cuando gritó al nacer.
La formalidad, tradiciones y protocolos reales de Inglaterra han impactado al mundo. Los famosos soldados de casaca roja con altos sombreros negros de piel de oso y los beefeaters de la Torre de Londres atraen a miles de turistas que quedan maravillados con los desfiles.
En 1975, la Reina visitó Yucatán. El gobernador Carlos Loret de Mola le organizó una cena en el Cuadrángulo de Las Monjas de la ciudad maya de Uxmal. Tuve la ocasión de asistir al evento. Pedían a los invitados ir con traje regional de la entidad. El colorido de los trajes blancos, bordados y rebozos lucía sorprendente bajo el espectáculo de “Luz y Sonido”. De pronto una intensa lluvia sorprendió a toda la concurrencia y la gente no sabía dónde refugiarse. Un paraguas fue ofrecido a la Reina. Ella preguntó si había para todos y al enterarse que solo ella estaría protegida por la sombrilla, la rechazó. De lejos solo veíamos que la monarca se mojaba igual que todos los invitados, después, testigos comentaron el gesto de la soberana. Antes del diluvio, presentaron a la Reina al último descendiente de la dinastía Xiú que había gobernado Uxmal durante 18 generaciones. Alguien comentó que la Reina preguntó al traductor si la historia de la dinastía maya era realmente auténtica y real. La respuesta a la soberana fue que curiosamente Xiú había preguntado lo mismo sobre la dinastía de la Reina antes de la cena, con la observación de que los mayas eran muy escépticos.
Años después tuve la oportunidad de vivir en Londres y acudir a eventos reales que estuvieron a mi alcance. Desfiles, ceremonias y las carreras de caballos de Ascot. Cuando el presidente Miguel de la Madrid visitó Londres, mi esposo y yo fuimos invitados por la Embajada de México a recibirlo a su llegada en tren en la Estación Victoria. Marcando la hora aparecieron, entre otras personalidades, la ministra Margaret Thatcher, el Príncipe de Gales, la Princesa Diana y la Reina. Al siguiente día hubo un evento de gala en el Hotel Claridges donde pudimos saludar al ahora Rey Carlos III. ¡Gratos recuerdos!
LALC