José David Ruiz Trujillo con su esposa Sandra, sus hijos Paola Yazmín, Gabriela Estefanía y José David.

León, Guanjuato.- “En algún lugar del mundo parte de él sigue aquí en la tierra, así lo pienso”, expresó Sandra Gabriela Hernández Arriaga, esposa de José David Ruiz Trujillo quien hace tres años falleció y sus órganos y tejidos se convirtieron en esperanza de vida para 101 personas.  

A José David siempre le gustó ayudar a los demás.

Sandra confesó que ella y su esposo, que falleció el 15 de septiembre de 2019 a los 40 años. nunca platicaron sobre la donación de órganos, pero aseguró que decidió que “El Toro” como muchos llamaban de cariño a José David fuera donador porque siempre le gustó ayudar a los demás”. 

No creo que mi esposo se haya molestado porque siempre le gustó ayudar al prójimo, entonces pensé que fue una buena decisión y que si lo hubiéramos platicado estoy segura de que hubiera dicho que sí”.

Samda Gabriela recuerda aquellos difíciles momentos. 

El día que supimos que ya casi no había esperanzas le comenté a mi  cuñada, una hermana de él, sobre la posibilidad de donar sus órganos en caso de que fuera apto para ello y me dijo que ella también estaba platicando el tema con otra de sus hermanas y consideró que estaría bien, pero me pidió que yo decidiera”, platicó.   

Recordó también que personal de la Secretaría de Salud de Guanajuato (SSG) le explicó cuáles fueron los órganos que su esposo pudo donar, entre estos ambos riñones y las córneas, así como 14 tejidos y músculos esqueléticos como la pelvis, el fémur, la tibia, el peroné y algunos tendones. 

“Me dieron una lista de lo que se pudo donar, sólo el corazón no se pudo donar, pero hasta sus huesos se donaron. Me dijeron que iba a ayudar a 101 personas y fue lo que me gustó porque en algún lugar del mundo parte de él sigue aquí en la tierra. Eso fue lo que motivó a que se convirtiera en donador para ayudar a los demás y que siguiera parte de él aquí. 

No fue difícil tomar la decisión porque he visto mucha gente que batalla en espera de recibir un órgano y a él humanamente ya no se le podía hacer más y sabía que tenía órganos que a mucha gente le iban a ayudar y mi consuelo era que él no se iba a ir del todo, que aunque no esté físicamente una parte él está”, expresó. 

Amante de los gallos y de montar a caballo 

https://www.gob.mx/salud/seguropopular/es/articulos/26-de septiembre-dia-nacional-de-la donacion-y-trasplante-de organos?idiom=es

Sandra y José Emmanuel se conocieron hace 20 años cuando trabajaban en una fábrica en San Francisco del Rincón y tras varios años de noviazgo se casaron y procrearon tres hijos: Paola Yazmín, Gabriela Estefanía y José David. 

Su prioridad siempre fue su familia y sus pasatiempos favoritos eran montar a caballo y cuidar gallos. 

“Era muy noble, siempre su prioridad fuimos nosotros, su familia y le encantaban los gallos, los cuidaba y cuando había feria los peleaba, no siempre. También le gustaba mucho andar a caballo, esos eran sus pasatiempos favoritos. 

Nos conocimos en el trabajo, en una fábrica que tenía dos naves, él estaba en una y yo en la otra hasta que por fin un día él se animó a hablarme y así fue como nos conocimos”, recordó Sandra, quien compartió que todavía conserva un gallo de su esposo. 

Confesó que no fue difícil tomar la decisión de donar los órganos de su esposo porque es consciente de que muchas personas están en lista de espera para recibir un órgano y consideró egoísta decir no a la donación. 

“Humanamente a él ya no se le podía hacer más y sabía que tenía muchos órganos que a mucha gente le iban a ayudar y mi consuelo era que él no se iba a ir del todo, que aunque no esté físicamente una parte él va a estar viviendo en otra persona. 

Pienso que es egoísta la persona que no acepta la donación de órganos porque le dije a mi hija que aunque se escucha mal a su papá se lo iban a comer los gusanos y siento que no es justo que muchos órganos y partes del cuerpo que pueden ayudar a más gente se desechen”, expresó. 

A mi niño le hubiera gustado salvar vidas

A José Manuel López Chávez lo
mató una bala perdida.

Su nieta Devany Zoé, breves videos de José Manuel bailando danza azteca y fotografías donde luce sonriente y feliz, es lo más valioso que Carlos y Juana Isabel conservan de su hijo José Manuel López Chávez, quien falleció a los 19 años tras ser impactado en la cabeza por una bala perdida. 

Dije: a mi niño le hubiera gustado salvar vidas… Uno hace la donación por la ilusión de saber que nuestro ser querido va a vivir en otras personas”, expresó Juana Isabel Chávez Villegas quien recordó que el 9 de agosto del año pasado todo les cambió de un momento a otro. 

Ese día José Manuel, originario de Purísima del Rincón se encontraba en la calle ensayando un vals ya que sería chambelán en una fiesta de 15 años cuando hombres en dos motos pasaron por el lugar y comenzaron a disparar. 

“Mi hijo recibió una bala perdida en la cabeza cuando estaba ensayando el baile, él estaba como a 50 metros de distancia y le tocó una bala. 

Exigimos que se haga justicia, la persona que disparó está detenida y ahorita estamos en audiencia, al que iban persiguiendo está vivo y está señalando al detenido y esperamos que se haga justicia”, demandó Carlos López Sevillano, papá de José Manuel. 

Tras permanecer cinco días hospitalizado José, a quien también le gustaba jugar futbol, fue desconectado el 13 de agosto debido a que los médicos del Hospital Comunitario de Purísima del Rincón informaron que ya no había nada que hacer por él. 

“En el momento que nos preguntaron si queríamos donar yo no quería, pero me puse a pensar si es lo que mi hijo hubiera querido, entonces decidí donar porque sé que eso le hubiera gustado a él. 

A mí nunca me lo comentó cuando estuvo vivo ni hablamos del tema, pero después de que decidimos donar, en una plática su consuegro me dijo que un día mi hijo le comentó que si le pasaba algo que le gustaría donar sus órganos para salvar vidas de otras personas y fue cuando me di cuenta de que estuve en lo correcto”, compartió la señora Juana.  

Lamentó que en el Hospital Comunitario de Purísima del Rincón no hubo un neurocirujano ni el equipamiento necesario para realizarle un estudio a su hijo, sin embargo, pese al dolor decidió que las córneas (órganos que pudieron donarse) de José Manuel le devolvieran la vista a otra persona. 

Fue un hijo muy cariñoso y muy buena gente porque ayudaba a los demás, tenía muchos amigos, era muy carismático. A su niña la quería mucho, para él era todo… mi hijo sigue siendo muy especial”, expresó Juana con nostalgia.

Van este año 35 donadores 

Hasta el 6 de septiembre pasado, Guanajuato suma 35 donadores de órganos, con quienes se logró la procuración de 130 órganos y tejidos. 

Así lo informó Rodrigo López Falcony, director del Centro Estatal de Trasplantes del Estado de Guanajuato (CETRA), quien recordó que dicho centro se creó en 2006 para trabajar en pro de los trasplantes y la donación de órganos. 

Señaló que hace 16 años cuando el CETRA comenzó a funcionar el nivel de donación era bajo, pues al año, en promedio había 20 donadores, cifra que subió de forma paulatina con el paso de los años hasta 50 donadores. 

“Hasta que en 2019 llegamos a nuestro nivel máximo que fue de 104 donadores de órganos y tejidos en un solo año. El 2021 cerró con 40 donadores y este año llevamos 35 hasta el 6 de septiembre, entonces, esperamos que la cifra aumente. 

Desafortunadamente tener una prueba COVID positiva en los donadores nos limita a tomarlos como tales, es decir que no podemos tomar los órganos de un paciente positivo a coronavirus y sigue estando presente la enfermedad y eso nos ha disminuido el número de donadores y en este año siete donadores han salido positivos y la familia ya había aceptado hacer la donación, pero no se pudo concretar”, lamentó. 

Añadió que debido a que el coronavirus es un virus que se sigue estudiando y a que las defensas del paciente que recibe un trasplante bajan es mejor no trasplantar órganos de personas que tienen COVID, ya que el receptor podría desarrollar la enfermedad de forma grave. 

Mil 700 esperan un órgano 

En Guanajuato mil 700 personas están en lista de espera para recibir un órgano, de los cuales, mil 450 necesitan un riñón, cinco un hígado y el resto esperan córnea. 

López Falcony subrayó que entre 2020 y 2021, 300 personas que tenían insuficiencia renal murieron, por lo que salieron de la lista de espera. 

“Fue un periodo en el cual no se hicieron trasplantes por la pandemia y hay una gran necesidad de donación, la insuficiencia renal está avanzando.

Hacemos un llamado a la población a que cuando llegue el momento de partir nos vayamos por la puerta grande, trascendiendo como donadores de órganos. En familia platiquen qué quieren que pase con su cuerpo cuando ya no estén aquí para que cuando llegue ese momento podamos irnos dando vida”, exhortó. 

Agregó que en el estado la tasa de negativa familiar actualmente es del 35%, es decir que 7 de cada 10 familias deciden donar, por lo que Guanajuato sobresale por ser un estado donde habita gente altruista. 

DSS

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