En la zona de Fort Myers, el huracán arrancó las casas de sus pisos y las depositó entre escombros triturados

Estados Unidos.- El huracán Ian volvió a tocar tierra, esta vez en Carolina del Sur, tras dejar una franja de destrucción en Florida días atrás. El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos informó que el ojo del meteoro cruzó tierra el viernes por la tarde cerca de Georgetown, con vientos máximos sostenidos de 140 kilómetros por hora (85 mph).

Mientras cruzó la península de Florida la primera vez, Ian perdió fuerza y se volvió tormenta tropical. Sin embargo, Ian recuperó fuerza el jueves por la noche sobre el Atlántico. Cuando tocó la costa del Golfo de Florida el miércoles, era un poderoso huracán de categoría 4 con 240 km/h (150 mph).

Se pronosticaron marejadas de tormenta e inundaciones después que la mega tormenta causó daños catastróficos en Florida y dejara a mucha gente atrapada en sus casas. Ian azotó el miércoles la costa de Florida sobre el Golfo de México como un monstruoso huracán de categoría 4, una de las tormentas más poderosas que haya llegado a Estados Unidos, con vientos de 240 km/h (150 mph), inundando casas y dejando a casi 2,7 millones de personas sin electricidad.

En toda la costa de Carolina del Sur regía una advertencia de huracán y una fila interminable de vehículos salía de la histórica ciudad de Charleston ante el llamado de las autoridades a que los residentes buscaran terrenos más altos. Se apilaron bolsas de arena frente a los comercios en una zona vulnerable a las inundaciones.

El viernes por la mañana en Charleston, potentes ráfagas de viento doblaron las ramas de los árboles y enviaron chorros de lluvia que caían constantemente hacia los lados. Las calles de esta ciudad de 350 años de antigüedad estaban prácticamente vacías, y el avance del meteoro silenció un trayecto matutino normalmente lleno de gente.

Ian destruyó viviendas y comercios en las dos costas, cortó el único acceso a una isla barrera, destruyó un muelle histórico y dejó a 2,6 millones de casas y negocios sin luz. Alrededor de 2,1 millones seguían a oscuras días después. Se confirmó que había nueve muertos, una cifra que probablemente aumentará a medida que continúa la búsqueda de personas.

Los rescatistas en Florida recorrían en botes o a pie las calles transformadas en ríos para salvar a miles de personas atrapadas en viviendas inundadas e inmuebles destrozados por el huracán.

El gobernador estatal, Ron DeSantis, dijo que la Guardia Costera, la Guardia Nacional y los equipos urbanos de búsqueda y rescate salvaron al menos 700 personas.

El cambio climático agregó al menos 10% más de lluvia al huracán, de acuerdo con un estudio realizado inmediatamente después de su paso, dijo el climatólogo Michael Wehner, del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley, uno de los autores.

Se confirmó la muerte de seis personas en Florida, dos de ellas el jueves en un auto que volcó en una zanja inundada en el condado de Putnam, en el norte del estado. El paso del huracán por Cuba, el martes, dejó tres muertos.

En la zona de Fort Myers, el huracán arrancó las casas de sus pisos y las depositó entre escombros triturados. Los negocios cercanos a la playa quedaron completamente arrasados, dejando escombros retorcidos. Los muelles rotos flotaban en ángulos extraños junto a los barcos dañados. Las brasas ardían en lotes donde alguna vez hubo casas.

“No sé cómo alguien pudo haber sobrevivido allí”, afirmó William Goodison en medio de los escombros de un parque de casas rodantes en Fort Myers Beach, donde vivió durante 11 años. Goodison dijo que estaba vivo solo porque pasó la tormenta en la casa de su hijo tierra adentro.

El huracán atravesó el parque de unas 60 casas, dejando muchas destruidas o destrozadas sin posibilidad de reparación, incluida la casa de Goodison. Atravesando el agua hasta la cintura, Goodison y su hijo empujaron dos botes de basura que contenían lo poco que pudo salvar: un aire acondicionado portátil, algunas herramientas y un bate de béisbol.

El camino hacia Fort Myers estaba lleno de árboles rotos, remolques para botes y otros escombros. Había automóviles abandonados en la carretera, inutilizados luego de que la marejada ciclónica inundó sus motores.

El alguacil del condado de Lee, Carmine Marceno, dijo que su oficina estaba luchando para responder a miles de llamadas al número de emergencias 911 en el área de Fort Myers, pero que muchas carreteras y puentes estaban intransitables.

Los equipos de emergencia aserraron árboles derribados para llegar a las personas varadas. Muchos en las áreas más afectadas no pudieron pedir ayuda debido a cortes eléctricos y celulares.

Un trozo del puente Sanibel cayó al mar, cortando el acceso a la isla barrera donde viven 6.300 personas.

Horas después de reducirse a tormenta tropical al cruzar la península de la Florida, Ian recuperó fuerza de huracán el jueves por la noche sobre el Atlántico. El NHC pronosticó que llegaría a Carolina del Sur como tormenta de Categoría 1.

Efectivos de la Guardia Nacional tomaban posiciones para efectuar rescates y brindar otro tipo de ayuda. En Washington, el presidente Joe Biden aprobó la declaración de emergencia para el estado, un paso necesario para acelerar el envío de ayuda federal.

Los meteorólogos dijeron que la tormenta iría luego a Carolina del Norte, donde el gobernador Roy Cooper dijo a los habitantes que se prepararan para lluvias torrenciales, vientos fuertes y posibles apagones.

PM

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