Guanajuato Capital.– La ciudad de Guanajuato se estremeció la noche de ayer con la impresionante interpretación de la Octava Sinfonía de Mahler o “Sinfonía de los mil”, en el Teatro Juárez.
La Orquesta Sinfónica de la Universidad de Guanajuato (OSUG), dirigida por Roberto Beltrán Zavala, se vio acompañada por más de 200 cantantes, pertenecientes a cinco coros de cuatro municipios del estado. Todos en conjunto engalanaron la 50 edición del Festival Internacional Cervantino (FIC).
A las 9 de la noche sonaron las tres campanadas del teatro, que indicaban el inicio del concierto. En escena se encontraba la OSUG, que abrió el programa con “Poema del éxtasis” de Alexander Scriabin, un pequeño regalo para la audiencia en conmemoración del 70 aniversario de esta orquesta.
Después de este primer número, el extenso coro hizo su entrada y el director Roberto Beltrán volvió al escenario acompañado de Francisco Bricio y Arturo López, autoridades de la Mahler Foundation y la Sociedad Mahler, para hacerle entrega del distinguido Premio Mahler.
Tras recibir emocionado este galardón, el director dio inicio al “Himno: Veni Creator spiritus”, el primero de los dos movimientos de la Octava Sinfonía. Sin embargo, apenas 20 minutos después de iniciada la obra, el espectáculo tuvo que parar. El director se dirigió hacia el público para avisar que el coro de niños había sido desalojado de las gradas o practicables, ya que uno estaba flojo y eso ponía en peligro no solo a los pequeños, sino a toda la fuerza coral. Preocupado por la seguridad de los artistas, Beltrán Zavala pidió a la audiencia unos minutos, para que los técnicos resolvieran el desperfecto y se pudiera retomar el concierto.
Después de una espera de 20 minutos que no mermó en nada los ánimos de los espectadores, el coro entero volvió a hacer su aparición y el director titular de la OSUG aprovechó para pedir el reconocimiento a todo el equipo técnico encargado de que un evento de esta magnitud fuera posible.
De un momento a otro las magistrales voces, tanto de los coros como de los solistas, volvieron a inundar el Teatro Juárez con cantos en latín, mientras que la orquesta los acompañaba con la melodía precisa.
En los últimos momentos álgidos de este movimiento, una parte de la sección de metales sorprendió tocando desde uno de los palcos, haciendo que el final de la primera parte resonara por todo el teatro.
Tras los extensos aplausos del público, continuó la escena final de la segunda parte de “Fausto”, de Goethe. El inicio de la segunda parte de la sinfonía permitió que el público se deleitara con la destreza de la sección de cuerdas para después integrar el resto de los instrumentos.
Poco a poco, las voces de los coros fueron incorporándose y a medida que la escena avanzaba, también lo hacía su intensidad. Uno a uno, los solistas levantaron sus voces para dar realce a la magna pieza.
Esta sinfonía, que es poco interpretada por las orquestas del mundo debido a su dificultad, no pudo tener mejor marco que el Cervantino y con ella se demostró una vez más el enorme talento musical de Guanajuato.
La OSUG estuvo acompañada por los coros del Teatro del Bicentenario, de la Ópera de Guanajuato, Juvenil del Conservatorio de Celaya, Femenil e Infantil del Conservatorio Mahler de Irapuato y Niños del Valle de Señora.
Mientras que los cantantes solistas que interpretaron la obra fueron Angélica Alejandre, Fernanda Allande, Maribel Salazar, Frida Portillo, Mariel Reyes, Leonardo Sánchez, Genaro Sulvarán y Rodrigo Urrutia.
DSS