Salamanca, Guanajuato.- Globos, muñecos de peluche, flores, papel picado de colores, el sentimiento a flor de piel, el recuerdo de los niños que no nacieron, el amor que perdura por los infantes que han dejado el plano terrenal, todo eso matiza el ambiente que acompaña la festividad de “Todos Santos” este 01 de Noviembre.
Janeth Alejandra Rojas, llegó al Panteón de La Cruz desde temprana hora, como desde hace 12 años, visitó el sepulcro de Carol, la menor que llevó en su vientre y que no pudo nacer, la menor con la que solo tuvo comunión algunos meses y algunas semanas, pero que anidó en su corazón la esencia de un amor que la acompañará todos los días de su vida.
Janeth tiene otras tres hijas: Kitzya, Kizha y Keila, de 20, 11 y 10 años, las cuatro acuden con gusto a visitar a Carol y adornan su tumba con flores y con globos, las cuatro hacen oración y se unen espiritualmente con el ángel que los cuida desde el cielo.
“Me da tristeza venir a verla, porque yo no esperaba venir a verla así, pero también me da gusto que mis niñas se sigan acordando de ella, que este día la sigan visitando (…) Le traemos, flores, globos, le traemos mucho amor, venimos ahorita temprano, regresamos por la tarde y mañana volvemos a venir para estar con ella” … señaló la amorosa mamá que visita en el panteón a su hija Carol.
Francisco Martínez, lleva 41 años visitando a su madre, cuyos restos descansan en el Panteón de La Cruz, y cada que está frente al sepulcro siente la compañía de Doña Felipa, la mujer que lo trajo al mundo, en estas fechas el sentimiento lo embarga aún más, la tradición de visitar a los Fieles Difuntos le genera una honda sensación de melancolía.
Su recuerdo, tenerlo presente siempre, aunque no sea Día de Muertos, venimos periódicamente para hacerle limpieza, a echarle una manita a la tumba y para que mi mamá no este sola, en estos días es bonita la tradición de venir, traerle flores y elevar una oración por nuestro ser querido” …
Francisco recuerda que hace más de 40 años la tumba de su madre sobresalía por sus torres y su pequeña capilla, el tiempo ha deteriorado el sepulcro, pero el tiempo no ha hecho que desaparezca la unión que Francisco siente con su mamá Felipa.
Ya sea durante la festividad de Día de Muertos o cualquier día del año, Francisco visita la tumba de su madre, le lleva flores y rememora anécdotas y muchos de los momentos que compartieron juntos.
GT