“¿Maestra, limpio el pizarrón? -Sí, gracias”. Acto seguido cuatro chiquillos se arremolinaron a limpiarlo con amplia sonrisa en sus rostros. “Maestra, le doy mi silla para que se siente. Maestra, ¿le ayudo? Maestra, yo le digo dónde es la dirección. Maestra, ¿cuándo regresa?”. Con estas frases amables y actitud colaboradora nos trataron niñas y niños de 4°, 5° y 6° grado de primaria de escuelas públicas de Villas de San Juan, cuando fuimos a impartir los talleres del proyecto “Niñas y niños por la igualdad”, que tiene como objetivo la prevención de la violencia familiar y de género. 

El cuestionamiento que me hacía era: si estas criaturas son tan afables y asistenciales, ¿de dónde saldrían los jóvenes con conductas antisociales que están provocando un grave problema de inseguridad en la zona?

Este sector de la ciudad de León es considerado de alta peligrosidad; 15 de cada 100 jóvenes de entre 15 y 26 años han estado en la cárcel. A pesar de que dentro de Villas de San Juan existen dos comandancias de seguridad: una de la Guardia Nacional y una estación de la Policía Municipal, los delitos continúan. Villas de San Juan y las colonias que colindan con ella resultaron ser una de las zonas con más homicidios el año pasado. El Implan señala en un documento que el alto porcentaje de jóvenes detenidos es una manifestación del deterioro social de esta colonia. 

Al preguntarles a las niñas y niños qué querían ser de grandes, muchos contestaban que guardias nacionales, policías, maestros y veterinarios. La llegada de la Guardia Nacional inspira a esta niñez a ser uno de ellos. Los chicos y chicas encuentran modelos a seguir de los adultos que tienen cerca o de lo que van conociendo y aprendiendo.  

El Centro de Investigación y Promoción Educativa y Cultural (CIPEC) es una de las escuelas consideradas para impartir los talleres. Esta institución que nació con el apoyo de empresas, organizaciones sociales y gobierno, contribuye significativamente al desarrollo mediante la formación integral de niños/as, jóvenes y adultos con necesidades y deseos de superación. Ofrece también un Centro de Desarrollo Musical, donde jóvenes aprenden a tocar un instrumento de orquesta sinfónica. ¡Aquí me encontré una sorpresa! 

En los talleres de igualdad hay una sección que habla de la importancia de que las niñas tengan un proyecto profesional de vida, y entre las actividades se habla de la vida de Malala, símbolo internacional de la lucha en pro de la educación de las niñas después de que le disparasen en 2012 por oponerse a las restricciones del gobierno talibán a la educación de la mujer en su país, Pakistán. En otras escuelas no conocían a Malala y me sorprendió que en CIPEC ¡sí! Me platicaron que existía una hermosa pieza musical llamada “Alas a Malala” que tocaban en la orquesta, y para mayor sorpresa era del compositor mexicano Arturo Márquez. Chicas y chicos tienen la oportunidad de escoger una carrera musical que les aleja de las calles.  

Muchas gracias a Actuando por Guanajuato, A.C. por hacer posible este proyecto.

LALC

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