Julien Ingrassia, navegante de Sebastien Ogier, se robó el show final del Rally México, invitando a un “amigo” muy especial.
El copiloto, también francés, celebró el título en el Foro del Lago de Explora con una máscara de luchador y encendiendo a la tribuna con poses dignas del Hijo del Santo, mientras su coequipero carcajeaba.
Ingrassia se contagió así del calor mexicano, alimentado por los aproximadamente 5 mil asistentes, quienes llenaron el Foro y los accesos del parque.
“Yo cada año vengo aquí, ¿me creerías que nunca he ido al rally?, pero aquí conozco a todos los pilotos”, dijo Gonzalo Pérez, quien colecciona posters de los autos y comparte la pasión con su hijo de seis años.
Para él y para miles, el mejor momento de la ceremonia que arrancó diez minutos antes de las tres de la tarde, fue cuando Ingrassia sacó la máscara de su Volkswagen Polo y subió con ella al toldo del auto.
Incluso Ogier, campeón mundial, se sorprendió al verlo y dudó en darle o no la mano. Al final, saludaron juntos con una enorme sonrisa, contagiada al resto de su equipo.
También hubo baño de champagne con Jari-Matti Latvala y Thierry Neuville, quienes completaron el podio, además del tradicional brindis con cerveza y el intercambio de botas por las zapatillas de competencia.
Ahí también, Ingrassia rompió el protocolo. Sus zapatillas deberían guardarse para el Museo del Calzado, pero el francés se alocó y las lanzó a la tribuna, ganándose aún más a los aficionados.
Más tarde, en la conferencia de prensa final del evento, el navegante retomó su papel luchístico y hasta un rutina cómica se apuntó.
“Quisiera que me llamaras Mister Misterio”, le pidió a la conductora y luego bromeó sobre la garra que ponía sobre el auto y cómo debía obligar a Ogier a correr más rápido cada vez.
Alejados de los aficionados, que esperaban afuera de la sala de prensa, Ingrassia y Ogier carcajearon y se burlaron de Latvala, quien terminó por aceptar que quizá necesitaría un poco de la fuerza de “Mister Misterio” para ganar la próxima vez en Leó,
Al que sí vieron los aficionados fue al mexicano Benito Guerra, dueño de la máxima ovación en la premiación y quien además se llevó un reconocimiento como el mejor piloto del evento, bañado por papel picado y con interminables porras.

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