Guanajuato.- María Auxiliadora Zambrano Ramírez y su esposo decidieron formar su familia pensando en los hijos biológicos que tendrían sin imaginar que tres niños les cambiaría su vida al llegar a su nuevo hogar, donde tendrían que enfrentar los tapujos y comentarios de la gente por haber adoptado.
Nuestro hijo biológico nació a los siete meses, ya después yo ya no puede tener más bebés, se me venían antes, entonces cuando tuvimos a Miguel Ángel empezamos con la inquietud de querer tener familia más grande, empezamos a movernos en los entornos familiares para conseguir un bebé, un sacerdote nos hizo favor de conseguir a nuestro segundo hijo Enrique”.
El padre les habló para decirles que su hijo estaba listo, que tenían que pasar a San Miguel de Allende por él para llevarlo a registrar y la entrega fue de un día a otro.
Ellos a diferencia de los padres actuales solo tuvieron que esperar tres meses en lo que llegaba un niño, en ese entonces no había cartas de idoneidad y todo era más fácil y rápido para poder adoptar.
La familia estaba completa y los padres se sentían contentos con sus hijos, pero Dios puso en el camino a dos hermanos que buscaban hogar y al ver las madres del orfanato a los niños que estaba criando esta familia, decidieron hacerles la propuesta de crecer aún más y llevarse en adopción a estos dos hermanos.
Nosotros seguíamos yendo a la casa hogar a llevarles regalos para Navidad, ya después las monjitas me hablaron y me dijeron que tenían una niña, ellas sabían que tengo dos hombres y me dicen que esta niña era para mi, por lo que me sorprendí, pero les comenté que hablaría con mi familia para ver qué decidimos, les comenté y aceptaron”, recordó.
Ángel y Alicia llegaron a completar la familia de Maria, quien junto con su esposo asiste al grupo de “Familias de Corazón”, para tratar temas de adopción y ayudar a más padres a poder seguir, a no desistir en los trámites y de crianza de los “hijos de corazón”
DSS