Durante años, muchos estadounidenses siguieron una simple trayectoria laboral: Conseguir un empleo con un sueldo modesto, obtener experiencia y finalmente dejarlo por otro empleo con mejor paga.
Los trabajadores se beneficiaban y también lo hacían negocios de venta minorista con bajos salarios como Wal-Mart: Cuando su personal se iba a puestos con mejor paga, podían gastar más en sus tiendas. Y la economía estadounidense se beneficiaba también porque el mayor gasto de los consumidores incentivaba el crecimiento.
Pero las cosas ya no son exactamente así. Desde la Gran Recesión que comenzó a fines del 2007, esa trayectoria se ha reducido porque muchos de los puestos de ascenso han dejado de existir. Eso significa que más trabajadores con bajos salarios tienen que quedarse donde están. El estancamiento que se ha producido está contribuyendo a ampliar la brecha entre los estadounidenses ricos y todos los demás.
“Algunas personas aceptaron esos empleos porque eran los únicos disponibles y no han podido encontrar una salida”, admitió Bill Simon, director general de Wal-Mart U.S., en una entrevista con The Associated Press.
Si los empleados de Wal-Mart “pueden ir a otra empresa y a otro empleo con mejor sueldo y progresar, estarían mejor”, señaló Simon. “Sería mejor para la economía. Sería mejor para nosotros como negocio, con toda honestidad, porque continúan mejorando su vida económica”.
Pero por ahora, los empleos de bajos salarios que otrora eran vistos como escalones para algo mejor son ocupados por periodos más prolongados por trabajadores de mayor edad, mejor educados y con mayor experiencia.
La tendencia va más allá de Wal-Mart, el principal empleador de Estados Unidos, y se escucha lo mismo en todos los sectores de la economía nacional. Y es una de las razones por las que el ingreso promedio ajustado por inflación ha bajado 9% para el 40% de las familias con menos ingresos desde el 2007, pese a que los ingresos para el 5% más adinerado exceden el nivel en que se hallaban cuando comenzó la recesión a fines de ese año, de acuerdo con la Oficina del Censo.
Una investigación señala que los puestos que otrora ayudaban a la gente a emerger de los trabajos con salario mínimo hacia la clase media han desaparecido durante las tres recesiones que han tenido lugar desde 1991.
En esa categoría se incluyen trabajos como los de contadores y secretarias ejecutivas, que ganaban un promedio de 16.54 dólares la hora, según el Departamento del Trabajo. Desde mediados de la década de 1980, la economía ha perdido esos empleos de clase media, una tendencia que se presenta más pronunciada dentro del proceso de recuperación que siguió a la recesión, de acuerdo con la investigación de Henry Siu, economista de la Universidad de Columbia Británica, y de Nir Jaimovich, economista de la Universidad de Duke.
Eso deja a muchos trabajadores en empleos de cajero con un sueldo promedio de 9.79 dólares la hora o en ventas a unos 10.50 dólares la hora, empleos que solían ser pasajeros. Wal-Mart paga un promedio de 8.90 dólares por hora, según el sitio Glassdoor.com. (Wal-Mart objeta esa cifra y afirma que el promedio es de 11.83 dólares por hora).
Desde la más reciente recesión, la proporción de estadounidenses empleados por el gigante minorista y el sector de restaurantes ha aumentado de 16.5% a 17.1%.
El cambio ha inyectado nuevas presiones a la economía. Los trabajadores de mayor edad y más educación que laboran en ventas y en restaurantes han expresado con mayor fuerza sus protestas por el bajo salario. Los sindicatos han contribuido a las protestas del año pasado contra empleadores como Wal-Mart, McDonald’s y Burger King.
Cada vez menos adolescentes consiguen trabajos como cajeros, preparando alimentos o surtiendo productos en anaqueles, según información del gobierno. Esos puestos son ocupados por adultos, muchos de los cuales pasan apuros para pagar las deudas de sus estudios universitarios, o criando a sus hijos. Algunos ya bordean la edad de jubilación.
El año pasado, 17.4 millones de estadounidenses de entre 25 y 64 años ganaron menos de 10.10 dólares la hora, que es el salario mínimo propuesto por el presidente Barack Obama (el actual salario mínimo federal es de 7.25 dólares).
Casi un tercio de los trabajadores con bajos salarios el año pasado tenían algún tipo de estudio universitario.

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