Salamanca, Guanajuato.- De la emoción a la desilusión. Así vivieron los salmantinos el juego de la Selección Mexicana contra Arabia Saudita.
A pesar de las pocas esperanzas que se albergaban antes de que comenzara el partido, la gente apoyó como siempre al seleccionado nacional, hubo comunión entre aficionados y jugadores. Se vio rodar el balón desde la carnicería del mercado, en el puesto de verduras, en la fonda, en el carro de tacos, en la peluquería, en la tienda de abarrotes, cualquier lugar fue bueno para seguir las acciones de un juego que hizo soñar a todo un país, pero que al final no alcanzó para avanzar en el Mundial de fútbol.
A la 1 de la tarde la gente se distrajo de sus actividades y centró su atención en una pantalla, había quienes portaban la playera de la Selección, con cada jugada gritaban, brincaban y esperaban un gol que no llegó en los primeros 45 minutos.
Mordiendo emociones
Con el arranque del segundo tiempo creció la emoción y la esperanza, en México el reloj marcaba las 2 de la tarde con 10 minutos y el primer gol de la Selección Nacional hizo vibrar a los aficionados, 3 minutos más tarde cayó el 2-0, y el sueño de pasar a octavos de final se vio más cerca.
Los siguientes 44 minutos fueron de total emoción y nerviosismo, en los hogares, en los comercios y en prácticamente en todas partes escuchaban la narración del juego, dos goles anulados ahogaron los gritos de felicidad. Finalmente cuando en México el reloj marcaba las 2 de la tarde con 56 minutos, Arabia Saudita anotó el gol que puso el marcador 2-1, y que silenció a los salmantinos y a todo el país.
Se acabó el Mundial de Fútbol de Qatar para México, se acabó el mundial para una afición que nuevamente respondió y se murió en la raya con su selección. Hoy fueron 97 minutos que fueron del júbilo al desencanto, hoy México ganó, hoy la afición impulsó, gritó y apoyó, pero en este mundial la Selección Nacional decepcionó.
CA