Por: María Antonia Sánchez-Vallejo, de El País, en exclusiva para AM en Guanajuato.

Estados Unidos experimenta una efervescencia sindical desconocida desde finales de los años setenta. Uno de sus periódicos de cabecera, The New York Times, ha vivido un par de paros parciales desde entonces, pero ninguno tan masivo como el que arrancó ayer durante 24 horas, por parte del sindicato que agrupa a más de  mil 100 trabajadores del rotativo, entre ellos cientos de redactores.

Tras negociar un nuevo convenio desde hace año y medio, cuando expiró el último, posturas encontradas sobre el aumento salarial y la regulación del teletrabajo, según fuentes próximas al diálogo, han frustrado los intentos de última hora para alcanzar un “acuerdo completo y equitativo”, en definición del sindicato.

La empresa ha confirmado la movilización, que secundará aproximadamente una quinta parte de la plantilla del diario (de cinco mil empleados, en datos de 2021).

“Pedimos a los lectores que nos acompañen en el piquete digital. Lean las noticias locales. Escuchen la radio pública. Hagan algo con un libro de cocina. Rompan su racha en Wordle”, instaba el miércoles a la comunidad de usuarios Amanda Hess, redactora del diario y número dos de NewsGuild of New York, el sindicato convocante, en alusión a dos de los servicios más populares del NYT: la web de recetas de cocina y el juego en línea Wordle.

Mediante el boicot digital de todas las plataformas, los trabajadores sindicados de la Dama Gris, como se conoce tradicionalmente al rotativo, aspiran a paralizar al máximo la actividad para lograr sus objetivos: una nueva escala salarial, con aumentos en consonancia con la inflación; el mantenimiento de las políticas de planes de pensiones y cambios en las evaluaciones del rendimiento.

En declaraciones a la agencia Associated Press, una portavoz de la empresa ha asegurado que está preparada “para garantizar que el Times siga dando servicio a nuestros lectores sin interrupciones”, aunque muchos de los convocantes se desempeñan en la sección de última hora de la web, la fuerza de reacción rápida. La compañía indicó que su propuesta salarial incluía “aumentos significativos”, así como ofertas de seguro médico y de jubilación, “las mejores de su clase”.

“Queremos nuestras pensiones intactas. Queremos que se financie nuestra asistencia sanitaria. Queremos aumentos que reflejen nuestra contribución al éxito de la empresa, pero el NYT nos ha dado ayudas de comida y excusas sobre la incertidumbre financiera”, explicaba en un comunicado el sindicato un día antes de que venciera el ultimátum, a las doce de la noche de este miércoles.

Con respecto a los sueldos, el sindicato, representado por la poderosa central The NewsGuild, demandaba un salario mínimo de 65 mil dólares al año para las nuevas contrataciones. “Este año, el NYT gastó millones de dólares en comprar Wordle y (el portal de información deportiva) The Athletic y destinó 150 millones de dólares a recompra de acciones a sus inversores.

Y, sin embargo, sigue ofreciendo aumentos salariales que equivalen a recortes dada una inflación en cifras récord”, añade el sindicato, recordando “los 320 millones de dólares, o más” de beneficios anuales de la compañía.

Sobre el incremento salarial, la empresa ofrecía un 5,5% a la ratificación del convenio, seguido de aumentos del 3% en 2023 y 2024, por encima del 2,2% vigente hasta 2021. El sindicato por su parte planteaba el 10% tras la firma, para compensar “los aumentos salariales no percibidos en los dos últimos años”, los de la pandemia.

El sindicato no renuncia a unas condiciones mínimas para las nuevas contrataciones, a su juicio de bajo coste en comparación con los altos salarios de los redactores en plantilla, muchos de ellos perceptores de ingresos anuales de seis dígitos.

El temor a una desaceleración económica que ha esgrimido el Times como techo de la negociación está también detrás del anuncio de despidos masivos en otro diario de referencia, el Washington Post, que además cerrará en enero su suplemento dominical, así como en la cadena televisiva CNN.

Pero la onda de choque del conflicto en el NYT reverbera más que el impacto del centenar largo de movilizaciones por parte de medios locales, a la cabeza de todas ellas sendas huelgas indefinidas del Pittsburgh Post-Gazette y el Fort Worth Star-Telegram, por no mencionar paros parciales en una veintena de cabeceras en todo el país. Ninguno de ellos ha recibido la atención mediática que el diario de la Octava Avenida de Manhattan.

En 2020, más de mil 800 periodistas se afiliaron a los sindicatos NewsGuild y Writers Guild, los principales del sector, frente a los 1.500 que lo hicieron el año anterior. En abril de 2021, unos 650 empleados en nuevas tecnologías del NYT crearon su propio sindicato, también bajo el paraguas de NewsGuild.

Las razones esgrimidas para la sindicación desde la pandemia son la incertidumbre financiera y el temor a las fusiones de medios, con el consiguiente recorte de plantillas.

En paralelo a otros gremios del sector servicios, los medios han desplegado toda su potencia de fuego, el primero de ellos, hace casi dos años y con éxito, la revista The New Yorker, que se movilizó tras ser adquirida por el grupo Condé Nast. En agosto, unos 300 periodistas de siete delegaciones de Reuters en EE UU convocaron un paro de 24 horas, el primero en 30 años en la agencia.

C. 2022. El País. Prisa. 

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