Estos días el Síndrome de Guillain Barré (SGB) se ha incorporado al cuerpo noticioso de nuestra entidad. 

El Dr. Marco Antonio Hernández Carrillo, representante del IMSS, declaró en conferencia con el Secretario de Salud, Dr. Daniel Díaz Martínez, que a la fecha se desconoce la causa por la que fallecieron 10 pacientes del Hospital General de Zona No. 21. Indicó el Dr. Hernández Carrillo que se considera que es un Guillain Barré atípico, y lo que no sabemos es qué pudo haberlo detonado”.

La Clínica Mayo expone una visión general del SGB como un trastorno raro en el que el sistema inmunitario de su cuerpo ataca sus nervios. Debilidad y hormigueo en manos y pies suelen ser los primeros síntomas. Estas sensaciones pueden propagarse rápidamente y eventualmente paralizar todo el cuerpo. 

En su forma más grave, el SGB es una emergencia médica. La mayoría de las personas con esta afección deben ser hospitalizadas para recibir tratamiento. Se desconoce la causa exacta del SGB, pero dos tercios de los pacientes informan síntomas de una infección en las seis semanas anteriores. Estos incluyen un COVID-19, una infección respiratoria, gastrointestinal o el virus Zika. Su incidencia de 0.6 – 4 por 100 000 individuos en la población general por año. (El conglomerado de 10 pacientes es atípico, al igual que el SGB diagnosticado).

Realicé una búsqueda bibliográfica en la Librería Nacional de Medicina de los Institutos Nacionales de Salud (PubMed), utilizando el descriptor “Guillain Barré Syndrome” en el título y luego el descriptor “Systematic Review” para identificar aquellos con resultados de mayor grado de Medicina basada en evidencias.

En 2020 aparecen 368 artículos y 23 de revisiones sistemáticas; en 2021 fueron 478 artículos y 26 revisiones; en 2022 hubo 387 con 10 revisiones; y del 2023 que ya están en prepublicación 3 artículos y 0 revisiones sistemáticas. Es decir, el tema está en boca de muchos investigadores de todo el mundo, por ello, es relevante se pueda estudiar a fondo este conglomerado de casos informados, y con mucho que investigar si queremos saber qué pasó y cómo podemos disminuir las probabilidades futuras de nuevas fatalidades como las ocurridas.

La asociación entre las vacunas contra la COVID-19 y la aparición de SGB se reporta en 278 artículos, posiblemente debido a una activación aberrante del sistema inmunológico y pérdida de autotolerancia. Los ojos no ven lo que la cabeza no piensa, de aquí la importancia del sistema de vigilancia de efectos adversos tanto de medicamentos como de vacunas. Usualmente el SGB aparece dentro de las seis semanas posteriores a la inoculación, independientemente del tipo de vacuna aplicada: Pfizer, Moderna, AstraZeneca, Janssen y Johnson & Johnson. Algunos casos se han informado después de la primera dosis con un inicio clínico a los 7 días y un patrón desmielinizante en la electromiografía.

La vacunación contra la Influenza en 148 artículos fue asociada con un riesgo ligeramente elevado de ocurrencia de SGB dentro de un mes posterior a la vacunación. En Dinamarca, solo el 1.5% de los casos de SGB fueron asociados a la reciente campaña de vacunación contra la influenza.

124 artículos explican que los agentes infecciosos más comunes que causan SGB incluyen Campylobacter jejuni, Mycoplasma pneumoniae y citomegalovirus. Se piensa que el mimetismo molecular entre las estructuras superficiales de los patógenos y los componentes de la mielina o el axón pueden explicar el trastorno neuroinmunológico causado por autoanticuerpos contra componentes de la vaina de mielina o axolema en el SGB.

Los brotes recientes del virus del zika (ZIKV) en América del Sur y Central han resaltado efectos secundarios neurológicos significativos. 174 artículos describen la concurrencia con el SGB que se observa en uno de cada 4 mil casos ZIKV. Se sigue estudiando los posibles mecanismos de daño de la respuesta inmune hacia el tejido nervioso.

Por último, existen 51 artículos publicados por colegas mexicanos acerca del SGB. Destacando la validación de los criterios de Brigthon (características clínicas, cerebroespinales y electrodiagnósticas) para diagnosticar el SGB, encontrando que proporciona datos similares en comparación con otros países.

Concluyo que aunque el diagnóstico de GBS “típico” o “atípico” es tentador para clasificar a los pacientes, es imperativo para “To be, or not to be” realizar una evaluación exhaustiva de las exposiciones, incluido el consumo reciente de alimentos o viajes, el lugar de intervención, maniobras clínicas entre otros. Las “autopsias verbales” son un buen método para investigar en aquellos casos donde no se pudo hacer de manera oportuna.

Esperemos que la investigación en proceso descubra la causa del SGB. ¡Nos leemos en enero del próximo año. ¡Feliz Navidad!

 

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