De acuerdo con el Sistema de Salud de Mayo Clinic, la vitamina C (ácido ascórbico) tiene múltiples beneficios como su efecto antioxidante, mejora el sistema inmunitario y es fundamental para la producción de vasos sanguíneos, cartílagos, músculos y colágeno en los huesos.
Además, ayuda en el proceso de cicatrización de las heridas del cuerpo humano, protege las células contra los efectos de los radicales libres, los cuales son los que provocan el cáncer y enfermedades cardíacas.
Debido a que el cuerpo no produce vitamina C, necesita obtenerla de la dieta. La vitamina C se encuentra naturalmente en las frutas cítricas, las bayas, las papas, los tomates, los pimientos, el repollo, el brócoli y las espinacas.
Cuando no se tiene vitamina C en nuestra dieta puede provocar una enfermedad llamada escorbuto, que causa la anemia, sangrado de encías, hematomas y mala cicatrización de las heridas.
Los riesgos
Es importante recalcar, que aunque nuestro organismo necesita de la vitamina C, un exceso de este nutriente puede tener consecuencias negativas.
Estas son las cantidades máximas que se pueden ingerir al día:
- Niños y niñas de 1 a 3 años: 400 mg
- Niños y niñas de 4 a 8 años: 650 mg
- Niños y niñas de 9 a 13 años: 1.200 mg
- Adolescentes (hombres y mujeres) de 14 a 18 años: 1.800 mg
- Adultos (hombres y mujeres): 2.000 mg
Especialistas en el área de la medicina han declarado que el exceso de vitamina C puede provocar problemas digestivos. Aunque no es tóxico, sí que puede derivar en diarreas, náuseas, cólicos, acidez o dolor abdominal.