Ciudad de México.- Gracias a negociaciones previas, México no recibió reclamos públicos sobre su política energética durante la X Cumbre de Líderes de América del Norte, que se verificó esta semana en la Ciudad de México.

Aunque Estados Unidos y Canadá iniciaron consultas sobre el manejo del sector desde julio de 2022, el tema no formó parte de la agenda en el encuentro trilateral de los mandatarios Andrés Manuel López Obrador (México), Joe Biden (Estados Unidos) y Justin Trudeau (Canadá).

Lo que sí ocurrió fue que los dos socios comerciales de México abordaron el tema de las energías limpias, como un asunto prioritario en el cierre de los trabajos a diferencia del Presidente mexicano, que ni siquiera las mencionó.

En el tercer día de reuniones, el tema por fin llegó a la mesa, pero fue durante una reunión privada entre López Obrador y Trudeau.

El planteamiento se conoció porque el propio tabasqueño aceptó que el Primer Ministro le había expresado sus preocupaciones por la política energética mexicana y las posibles afectaciones a empresas canadienses que han invertido millones de dólares en el País, para la producción de energías limpias.

En respuesta, AMLO ofreció reunirse de manera personal con los empresarios inconformes y que han acusado al Gobierno de México de favorecer a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), violando disposiciones contempladas en el T-MEC.

Esta no es la primera vez que el tabasqueño aplica esa estrategia para hacer frente a problemas con socios comerciales por el manejo del sector energético.

En junio del año pasado, dedicó tres semanas a cabildear, de manera personal, con 17 importantes empresas de Estados Unidos, que también tenían quejas y preocupaciones por el mismo tema.

Casi todas las tardes, el Presidente recibió a directores y ejecutivos de las compañías norteamericanas en Palacio Nacional y los sentó a su mesa.

Los inversionistas estuvieron acompañados entonces por el Embajador de Estados Unidos, Ken Salazar, y López Obrador llevó a la misma mesa a los integrantes de su gabinete económico, energético y a los titulares de Pemex y la CFE.

Aquellas pláticas fueron elogiadas por Estados Unidos y AMLO hasta las presentó en informes como un logro más de su Gobierno.

En el marco de la Cumbre de Líderes utilizó la misma estrategia para dar salida a un tema incómodo y espinoso que, de cualquier manera, seguirá su cauce legal en el marco de los instrumentos del T-MEC, ya sea a través de consultas o incluso en un panel de controversias.

Ya se verá si AMLO llega a un acuerdo como lo hizo, también, en agosto de 2019, con empresas nacionales y extranjeras que recibieron contratos en gobiernos anteriores para la construcción de gasoductos y con quienes negoció rescisiones de contratos, a través de un “descuento” de 4 mil 500 millones de dólares.

En esa ocasión, el Presidente estableció una mesa de negociación con la idea de reducir costos y, al mismo tiempo, evitar un procesos legales de carácter internacional, reconociendo que “más vale un mal arreglo, que un buen pleito”.

JRL

 

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