“Es un dolor con el que viviré toda la vida”, así es la pérdida de una hija para la madre de Lorena Berenice Tinoco, quien fue asesinada el 27 de octubre de 2019 por Keven y Diana luego que salieron de fiesta al bar Prime de Pachuca.
Después de tres años y tres meses del asesinato de Lorena Berenice, un tribunal enjuiciador sentenció a 46 años y diez meses a los culpables de su feminicidio, además que deberán pagar una multa de 40 mil pesos y reparación del daño por 519 mil pesos a la familia de la víctima.
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NADA REPARA EL DAÑO, DICEN PADRES
Durante la audiencia de individualización de la pena. Matilde Juárez, madre de Lorena, narró lo difícil que ha sido la vida para ella y el resto de su familia tras la pérdida de la mujer que era hija, hermana y amiga.
Lorena desapareció el 27 de octubre de 2019 luego de convivir en el bar Prime de Pachuca y, de acuerdo con diversos testigos y videos de seguridad, salió con los culpables con destino a Tizayuca, donde encontraron su cuerpo dos días después.
Con lágrimas en los ojos, respiración agitada y visiblemente afectada, Matilde se cuestionó las razones por las que ambas personas le arrebataron la vida a su hija de 21 años, a quien describió como una niña estudiosa y amable con todas las personas que conocía.
LORENA Y SU GUSTO POR LA JUSTICIA
A decir de la madre, Lorena era una amante de las leyes, con un gusto enorme por la jurisprudencia, por lo que decidió estudiar la licenciatura en Derecho en la escuela Libre de Hidalgo.
Al momento de su muerte cursaba el quinto semestre, por lo que los asesinos, ya sentenciados, coartaron su sueño de impartir justicia, lo que tanto anhelaba, comentó Matilde.
“Todos los días de mi vida lo voy a vivir y lo voy a sufrir”, contestó la madre de Lorena a los cuestionamientos de su asesoría legal sobre el perjuicio que causó el feminicidio de su hija.
LA LEY DEL TALIÓN
Con un proverbio bíblico conocido como la ley del talión, “ojo por ojo, diente por diente”, fue la petición de Abel Tinoco, padre de la víctima, para el destino de los culpables del asesinato.
Sin embargo, con voz tranquila y sabiendo la pena máxima por el delito en cuestión, el hombre solicitó el castigo más amplio para los feminicidas quienes, aseguró, son “hienas diabólicas”.
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“Quisiera que se aplicara la ley del talión, pero sé que eso no pasará, se merecen que los arrojen a las hienas como lo son ellos, unas hienas diabólicas”, comentó Abel.
SENTENCIADOS
Keven y Diana fueron sentenciados a 46 años y diez meses de prisión debido a que los jueces consideraron diversos factores clave para determinar el feminicidio.
En primera instancia tomaron en cuenta las 18 lesiones punzocortantes en la víctima, diversas quemaduras en su cuerpo y la mutilación de sus extremidades inferiores.
También se consideró la superioridad de los feminicidas contra una sola persona, además de que el asesinato ocurrió en el domicilio de los culpables, en el fraccionamiento Nuevo Pedregal, Tizayuca.
Lugar que los sentenciados conocían bien y dominaron para cometer el homicidio, dijeron los jueces.
El feminicidio ocurrió durante la madrugada, lo cual impidió la posibilidad de que alguna persona auxiliara a la víctima o se percatara del crimen.
Tal situación influyó para que la pena fuera cercana a la máxima, que es de 50 años.
Ahora, será el próximo viernes cuando Keven y Diana escuchen la lectura y explicación de su sentencia en voz de los jueces.