León, Guanajuato.- La idea de una Gordita Tarasca se incrustó en mi cabeza como la canción de Shakira y Bizarrap así que decidí ir antes de mi cobertura del Palenque por una de chicharrón y que eso fuera mi cena. 

Como históricamente se ubican en la zona gastronómica, a la salida del Poliforum, fui a ese lugar sorteando los obstáculos de un sábado de feria: los niños que lloraban por un berrinche, los novios peleados, parejas que discuten cuánto dinero invertirán para los juegos; en fin, llegué y nada de gorditas.  

Dije: “¡Ah caray! ¿Y si no vinieron este año?”, pero les pregunté a los del pan de Soya y me dijeron que estaban por la Carpa de Colores. ¿Dónde es eso?: Al lado del Palenque de la Feria, donde también se arman unos fiestones -ya les contaré mañana de los bailes que se hacen-.

En fin, llegué y como lo temía, había una filota que casi me quita el hambre, pero resistí, así que pedí una ficha y me formé, pagué y esperé…ustedes saben que el antojo es canijo y nada se me antojaba más que eso. 

No me quedé con el antojo de mi gordita tarasca. Foto: Juanita Crespo.

En la fila me pregunté: “¿Por qué son tan cotizadas como una Coca Cola en el desierto?”.  También vino a mi mente si cerré la puerta de la casa antes de irme a trabajar, pero bueno, eso es otro tema. 

Luego llegué a la conclusión que todos vamos a la novedad, pero las gorditas tienen más de 21 años de novedad en León, así que no puede ser. 

En la fila me motivé imaginándome su sabor y se me hizo agua a la boca: masa doradita en manteca, masa con requesón, chicharrón prensado, lo que en una dieta estricta estaría penado. El sabor crujiente, además de una bebida refrescante, es toda una experiencia religiosa.

Las gorditas son una tradición de la feria. Foto: Juanita Crespo. 

Yo ya andaba decretando mi gordita, toda la fila imaginé poniéndole salsa, con su cebollita, guacamole, y la salsa roja. Yo solo me doy ese gusto como dos veces en la feria, pero cuando lo hago, tiene que ser una gordita magistral. 

No sé ustedes, pero de repente yo platico con la gente que está en las filas, así que coincidieron conmigo en que están muy ricas, nadie sabe por qué, es todo un enigma como el triángulo de las bermudas. 

Solo sabemos que somos felices por los minutos en los que la tenemos entre nuestros dedos y la boca. ¿Del cambio de lugar? ah pues sí estuvo muy bien, porque hay más espacio, los que las ordenamos estorbamos menos, y eso equivale a menos estrés y podemos sentarnos plácidamente en la carpa, escuchar música en vivo y ser felices por ese rato. 

Mañana les contaré todo el pachangón que se armó en la carpa de colores. Nos vemos en la feria hasta el 7 de febrero. ¡Adiosito! 

¡Aquí se encuentran ahora las Gorditas Tarascas!. Foto: Juanita Crespo.

¡Aquí se encuentran ahora las Gorditas Tarascas!. Foto: Juanita Crespo.

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