Lima, Perú.- Un sacerdote argentino que pidió por TikTok la renuncia de la presidenta peruana Dina Boluarte y criticó las muertes de manifestantes que reclamaban la dimisión de la mandataria y del Parlamento abandonó Perú luego de que su obispo le ordenó renunciar a su parroquia.
Luis Humberto Béjar confirmó el miércoles por teléfono a The Associated Press desde la provincia argentina de La Pampa, adonde llegó en un vuelo el lunes, que pasará un año sabático sin intervención en asuntos pastorales. Este es el primer caso de un sacerdote extranjero que sale de Perú tras pronunciarse en sintonía con los manifestantes que piden la renuncia de Boluarte.
Me animé a decir que la paz se conseguirá con la renuncia de la actual presidenta. No me arrepiento de haber dicho eso y lo diría 50 veces más. Asesinaron en tres horas, si no me equivoco, a 17 personas, muriendo otra más en el transcurso de los días posteriores, porque estaba herida”, dijo Béjar, quien era párroco de la iglesia Santa Isabel de Pucará, en la región sureste de Puno.
La tarde del 9 de enero en Juliaca -la ciudad comercial más importante de la región de Puno y fronteriza con Bolivia- un grupo de manifestantes fue abatido por la policía mientras buscaba ingresar al aeropuerto regional. El mismo día un policía fue asesinado y su cuerpo quemado junto a un patrullero en una calle de esa ciudad.
“Algunos dicen que los manifestantes murieron. No han muerto de una enfermedad, o como muertes esperadas, han sido personas a las que se les ha arrebatado la vida”, dijo Béjar, quien vivió 26 años en Puno y es teólogo por la Pontificia Universidad Católica Argentina y doctor en Educación en la Universidad Católica Santa María de Arequipa. El sacerdote también es catedrático en la Universidad Nacional del Altiplano de Puno.
“Encima dicen que los sacerdotes no debemos hablar de política”, añadió y recordó que el papa Juan Pablo II hablaba de “capitalismo salvaje” y que el actual pontífice Francisco habla de la naturaleza de la ecología en contra de la depredación de la Amazonía. “La Iglesia siempre ha estado sumergida en los temas de la sociedad, porque la Iglesia es parte de la ciudad y la ciudad significa política, desde Aristóteles en el siglo cuarto” antes de Cristo, añadió.
El obispo de Puno, Jorge Carrión, jefe directo de Béjar, le pidió el 9 de enero en una carta, a la que AP tuvo acceso, que le presente su renuncia a la parroquia de Pucará y se tome un año sabático. “Su imprudencia está causando grave daño a la Iglesia y crece un sentimiento en contra suya, sobre todo por ser usted extranjero, que lo identifican ellos como terrorista”, escribió Carrión en la misiva.
El canciller de la diócesis de Puno, Alex Cano, confirmó a la prensa local que Béjar solicitó hacer uso de su año sabático.
Miles de campesinos en Juliaca agradecieron a Béjar por estar presente junto a los ataúdes de los manifestantes asesinados en una reunión multitudinaria en las calles de esa ciudad peruana. “Fue impresionante el dolor de la gente, me temblaban las piernas”, dijo el cura, quien cree que la Iglesia debe estar en los momentos más duros junto a los dolientes.
Las manifestaciones contra Boluarte y el Parlamento han dejado hasta ahora 50 muertos, 49 civiles y un policía, de acuerdo con conteos de la Defensoría del Pueblo. Hubo otras ocho víctimas por accidentes de tránsito o hechos vinculados con el bloqueo de vías y 720 heridos.
Las protestas se encendieron cuando Boluarte, quien era vicepresidenta, asumió al poder el 7 de diciembre para reemplazar a Pedro Castillo, el primer presidente de origen rural, quien fue destituido por el Congreso luego de que intentó sin éxito cerrar el Parlamento.
Castillo fue detenido ese mismo día y se encuentra en una cárcel para presidentes en Lima. Según la Fiscalía el día de su captura se dirigía a la embajada de México para buscar asilo político.
En 2020 el cura Béjar también pidió la renuncia del entonces presidente peruano Manuel Merino, quien gobernó una semana, luego de que el Parlamento destituyó a su antecesor Martín Vizcarra (2018-2020) por un supuesto caso de corrupción. Béjar criticó a Merino por las muertes de dos jóvenes en las protestas que duraron una semana y dejaron 200 heridos. No fue destituido ni recibió reprimendas de sus superiores, recordó el sacerdote.
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HLL