Este 20 de enero León llega a su 447 aniversario de fundación como una ciudad fuerte y cada vez con mayor desarrollo logrado, gracias no solo a su ubicación privilegiada, sino a sus diversas industrias y al impulso de una población que nunca se da por vencida y que ha sabido sortear una serie de obstáculos.
Luis Alegre Vega, cronista de la ciudad, destacó que lo que ha hecho fuerte a León es que nunca se ha detenido, estancado o amarrado a una sola industria.
No nos conformamos con ser solo agricultores, curtidores o fabricantes de calzado, ya que siempre encontramos una nueva manera, vocación y salida al espíritu de emprender”.
Destacó que en León hay oportunidades y gente dispuesta a invertir y a arriesgarse sin miedo a emprender ni a volver a empezar.
León ha pasado por inundaciones, epidemias y desgracias pero nunca se ha rendido y si un leonés se mete en algo es para ganar y si fracasa lo vuelve a intentar”.

La Villa de León
Recordó que León se convirtió en Villa por orden del Virrey Martín Enríquez de Almanza la cual fue acatada por Juan Bautista de Orozco el 20 de enero de 1576.
La idea era fundar una ciudad pero no se contaba con 100 familias que la habitaran, por ello quedó en Villa y ese día se eligió su primer Ayuntamiento y primer cabildo, se hizo una traza de 24 cuadras o manzanas en cuyo centro quedó su plaza de armas”.
Agregó que lo que ayudó al florecimiento de la Villa de León fue su ubicación en la ruta que proveía al Real de Minas de Guanajuato y en el paso Zacatecas, el negocio de las estancias del ganado que vendían carne seca de sus reses y que aprendieron a curtir las pieles que derivaron la curtiduría, la talabartería, zapatería y corambrería.

Era un emporio agrícola que se tradujo en un centro de comercio y de paso por lo que en 1580 que se convirtió en Alcaldía Mayor, acostumbrada al comercio, intercambio y movimiento de gente, y se generó la creación de mesones o posadas.
Cuando estalló la independencia, la Villa albergó a quienes huían de los horrores de la guerra y creció exponencialmente de 10 mil a 25 mil habitantes, y como el campo y la minería quedaron devastados, se dice que en los años 30 del siglo XIX, Don Julián de Obregón tuvo dos cosas claras, capacitar a la gente y financiar a quienes iban aprendiendo para que emprendieran con lo que León volvió a florecer y se convirtió en una ciudad plagada de talleres y trabajadores que producían algo”.

El paso del ferrocarril
A ese empuje llegó otro factor determinante y fundamental, la llegada del ferrocarril a León hace 140 años y que dos años después se extendió a Ciudad Juárez y al conectarse León con Estados Unidos se dio la ventaja competitiva para exportar lo que aquí se producía.
Nos convertimos en proveedores, vendíamos e importábamos y eso nos puso en una situación privilegiada y generó el primer gran boom al convertirnos en una ciudad industrial con el surgimiento de fábricas más modernas de hilados, textiles y calzado”.
León pasó y superó la inundación de 1888, la llegada de la Revolución que destrozó al país, pero la vocación de vender a los otros llevó a la ciudad a recuperarse y en los años XX gracias al boom de la industria petrolera Tampico y el Golfo se convirtieron en un gran mercado para el calzado que aquí se fabricaba.

La guerra cristera
Provocó la llegada de miles de pobladores de los Altos de Jalisco que vinieron a refugiarse y eso dotó a la ciudad de una nueva fuerza obrera y laboral, de nuevos capitales que lo llevaron, en los años 30, a un boom en la industria del calzado y cuando estalló la Segunda Guerra Mundial las fábricas de calzado trabajan las 24 horas y vendían todo lo que producían y se convirtió en referencia de la industria del calzado.
Como el ferrocarril ya era insuficiente y había que desplazar el calzado, los leoneses impulsaron la construcción de carreteras para sacar las mercancías y crean las empresas de autotransporte que se convirtieron en otro emporio”.
El surgimiento de industrias
Luis Alegre mencionó que los proveedores se convirtieron en otro puntal económico, ya que para proveer a una gran industria como la del calzado, se instalaron en León con el apoyo de proveedores locales y extranjeros, cuando aún no se hablaba de globalización y las fronteras estaban cerradas, fue que nació Anpic, la feria de la proveeduría de la industria del calzado en los años 70 y, más tarde, los industriales del calzado generaron su propio Salón de la Piel y el Calzado (Sapica) para vender sus productos.
Esas dos ferias, aunadas a las fiestas de enero, propiciaron que León se convirtiera en un centro de negocios y detonó la necesidad de contar con un centro de convenciones que dio origen al Poliforum que permite que todo el año haya eventos, convenciones y congresos los cuales generaron una tercera industria, la del turismo que hoy es un pilar enorme y una veta que seguirá creciendo.
Los leoneses no nos cruzamos de brazos, no nos sentamos a esperar, tampoco estamos acostumbrados a extender la mano para ver que nos de el gobierno, porque no queremos que nos den sino que nos dejen trabajar, que nos den la oportunidad y es eso lo que nos ha definido como ciudad”.