Lars Hartenstein y Tom Latkovic del Instituto de Salud McKinsey, recién publicaron el documento “The secret to great health? Escaping the health care Matrix”, con un mensaje esperanzador: El plan para lograr una vida de gran salud es cada vez más conocido y está bajo nuestro control y requiere desafiar las ortodoxias que actualmente guían a las personas e instituciones.
Utilizan una metáfora de la película de acción y ficción de 1999 conocida como Matrix en México, escrita y dirigida por las hermanas Wachowski y con Keanu Reeves de protagonista. Representa un futuro distópico en el que la humanidad está atrapada sin saberlo dentro de una realidad simulada llamada Matrix, que las máquinas inteligentes han creado para distraer a los humanos mientras utilizan sus cuerpos como fuente de energía en campos de cultivo.
Lars y Tom reconocen que cada día millones de profesionales de la salud, científicos y funcionarios de salud pública, con buenas intenciones, trabajan diligentemente para mejorar nuestra salud y deben ser reconocidos por ello. Al mismo tiempo citan que al examinar nuestras mentalidades y comportamientos frente a la mejor evidencia disponible, se revela que las prioridades, estrategias y presupuestos de las personas, gobiernos, empresas, instituciones sociales, proveedores de atención médica y empleadores se basan, al menos implícitamente, en una cantidad muy grande de verdades a medias e ideas obsoletas.
Es decir, hemos estado viviendo en una Matrix durante décadas con respecto a nuestra salud, que ha tenido sus beneficios pero es incompleta y autolimitada, y proponen el desafío de salir de esa Matrix para “agregar más años a la vida y más vida a los años”.
Primer postulado. El sufrimiento que soportamos para lograr la longevidad es inaceptable e innecesario. Las personas viven más tiempo (73 años es la esperanza de vida en México), pero pasan más años con una salud moderada o mala: 60 % de las personas experimentan deterioro cognitivo alrededor de los 70 años; 70 % pasarán un promedio de tres años utilizando cuidados de largo plazo; una gran parte experimentan dolor crónico; otros incontinencia; muchos tienen dificultades para caminar un kilómetro; bastantes experimentan síntomas de ansiedad o depresión y el 33 % de las personas en todo el mundo se sienten solas.
Dentro de la Matrix algunos concluyen que demasiadas personas viven mucho y han sugerido reducir los recursos invertidos en los adultos mayores; y otros aceptan implícitamente que vivir décadas con mala salud es lamentable y es una consecuencia inevitable de tener una vida larga. Fuera de la Matrix se ha documentado que mucho se puede evitar.
Segundo postulado. La salud mental, social y espiritual son tan importantes como la salud física y están profundamente interconectadas. Dentro de la Matrix se enfocan casi por completo en la salud física, invirtiendo en ello más del 90 % del presupuesto. En el 2020, menos del 2 % de los médicos y enfermeras en todo el mundo estaban capacitados en el manejo de los problemas de salud mental: No hay mediciones sistemáticas de la salud mental, por no hablar de social o espiritual. Fuera de la Matrix nos damos cuenta de que son importantes en sí mismas. En una encuesta de 19,000 mil personas, el 85 % dijo que su salud mental era tan importante como la salud física; y la mayoría también calificó su salud espiritual como muy importante.
La mitad de las personas sin un propósito fuerte en la vida tienen más del doble de probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares. La soledad en personas con insuficiencia cardíaca se asoció a un riesgo de muerte cuatro veces mayor y un riesgo de hospitalización 68 % mayor.
Tercer postulado. La salud se trata principalmente de nuestra capacidad de funcionar, no solo de enfermedad y muerte. Dentro de la Matrix, la salud está anclada en la ausencia o presencia de enfermedades, dolencias y lesiones, utilizando “morbilidad” y “mortalidad” para guiarse en la toma de decisiones y asignación de recursos. Fuera de la Matrix nos damos cuenta que la ausencia de enfermedad no implica necesariamente una gran salud.
La salud es la medida de hasta qué punto tenemos energía física y mental, si podemos utilizar plenamente nuestros sentidos y hasta dónde podemos participar en actividades significativas. La salud es nuestra fuerza, nuestra memoria, nuestra capacidad de resolver problemas; es nuestra capacidad de hacer frente a los desafíos de la vida; nuestra capacidad de construir y mantener la intimidad y nuestro sentido de identidad, positividad y propósito. La salud se trata fundamentalmente de lo que un individuo puede hacer (o no) hoy y lo que podrá hacer (o no) en el futuro.
Estimados lectores, la próxima semana comentaremos lo que se propone para alfabetizarnos en mejorar las cuatro dimensiones de la salud: física, mental, social y espiritual; son 23 conductores que se encuentran fuera de la Matrix actual y dependen de nosotros. ¡Tomemos las riendas de nuestra salud!
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