Por lo menos 17 personas murieron cuando un atacante suicida en un rickshaw se inmoló el martes frente a un puesto de control cerca de un mercado en el norte de Afganistán, informaron las autoridades. El atentado se suma a la cadena de violencia que precede a las elecciones presidenciales del mes próximo.
Nadie se atribuyó inmediatamente el ataque en la capital de la provincia de Faryab, pero ocurrió en una zona donde están activos el Talibán y grupos aliados. El Talibán amenazó una campaña de violencia para desbaratar las elecciones del 5 de abril, que elegirán nuevo presidente en momentos en que los soldados extranjeros se preparan para poner fin a su misión de combate para fines de año.
El atacante se acercaba al puesto de control a la entrada de un camino que conduce al complejo del gobernador en Maymana, la capital provincial, cuando detonó sus explosivos, dijeron las fuentes.
El gobernador provincial Mohammadullah Patash dijo que hubo 17 muertos, entre ellos tres niños, y 26 heridos por la explosión, que se produjo a unos 200 metros del complejo del gobernador.
La mayoría de las víctimas fueron vendedores y compradores en la concurrida zona del mercado. Otras eran empleados del cercano departamento de electricidad, según el vicegobernador Abdul Satar Barez.
“Mataron gente inocente en un sitio donde los locales tratan de ganar 10 afganis (unos 20 centavos) para comprar una hogaza de pan. La mayoría de las víctimas vendía o compraba pan”, agregó.
El presidente Hamid Karzai condenó enérgicamente el ataque diciendo que solo servía para los extranjeros, que según dijo se proponían matar musulmanes y crear inestabilidad en Afganistán.
El Talibán ha lanzado numerosos ataques en Faryab, que queda lejos de sus reductos tradicionales en el sur y este del país. En octubre del 2012, un atacante suicida se inmoló en una mezquita donde había varios funcionarios regionales en Maymana y murieron 41 personas.
Los civiles suelen ser víctimas de la violencia desatada en la lucha de los insurgentes contra las fuerzas afganas e internacionales para socavar el gobierno apoyado por occidente. Las Naciones Unidas dijeron que el año pasado hubo 2.959 civiles muertos y 5.656 heridos, un 14 % que en el año anterior.
La ONU culpa a los insurgentes por el 74 % de todas las bajas civiles.
El ganador de las elecciones del 5 de abril reemplazará al presidente Hamid Karzai, que constitucionalmente no puede postularse a un tercer período.

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