Moroleón, Guanajuato.- Con gran fe y entusiasmo, más de 10 mil ciudadanos de Moroleón celebraron la tradición religiosa más importante en el municipio: la Procesión del Silencio de El Señor de Esquipulitas, a quien acompañaron, con veladora en mano, en su recorrido por las principales calles de la ciudad, dando fin a los festejos patronales.

Pues esta es la tradición que más nos distingue como parte de este pueblo, es lo que nos da esencia, por eso la tradición sigue viva, y este año regresó mejor que nunca”, comentó Ramiro Murillo, ciudadano.

Desde las 7:30 de la noche, el Centro Histórico de la ciudad comenzó a abarrotarse de gente que esperaba encontrar un lugar para presenciar la salida de la divina imagen del templo. Afuera del edificio, tapeteros de Uriangato hicieron una alfombra en su honor. 

Tapeteros de Uriangato hicieron una alfombra. 

Revive tradición

Los ciudadanos, tras 10 años aproximadamente de no celebrar la procesión, se unieron para colocar arcos decorativos a lo largo del recorrido por las calles y cerca de las estaciones de oración. 

Minutos después de las 9 de la noche, El Señor de Esquipulitas salió a las calles, ante la presencia de miles de fieles que lo acompañaron a paso lento, pronunciando el famoso coro: “¡Viva Cristo Jesús! Todos los hijos de este pueblo feliz, cantamos su loor con regocijos, consagrémosle amor, amor sin fin”.

En el recorrido el párroco Ricardo Maganda destacó que El Señor de Esquipulitas cumple ya 218 años de proteger al pueblo de Moroleón, e invitó a la gente a no olvidar sus raíces y continuar con la fe puesta él.

A la 1:30 de la mañana la imagen del Cristo Negro regresó a la parroquia principal, donde se encendió un castillo pirotécnico en la explanada, además de que los ciudadanos, con su veladora casi terminada, aprovecharon para pedirle a El Señor de Esquipulitas más salud para este año.

jvargas@am.com.mx

CA

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Javier Vargas

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