Tiene uno de los mejores comienzos que he podido ver en una película. Desde el primer fotograma, “Babylon”, lanza su hechizo sobre el espectador, por lo menos, sobre este espectador, quien escribe. Esta, es una obra cumbre de la cinematografía del siglo XXI.
“Babylon”, recientemente estrenada en salas, fue escrita y dirigida por Damien Chazelle. Hace, de esta, su más reciente película, una fastuosa remembranza al quehacer hollywoodense de hace cien años. Esta película, va más allá de un idealizado homenaje. Es, una representación gráfica y sonora del amor y el odio que guarda el cine para sus hacedores.
Los homenajes, no son sórdidos ni crueles. Son cordiales. En este instante vienen a mi memoria algunas imágenes que han venerado al cine. Difícil no citar a “Cinema Paradiso”, filme dedicado al amor por el séptimo arte; autoría del italiano Giuseppe Tornatore. También, recuerdo a la reciente “Érase una vez en Hollywood”, de Quentin Tarantino, quien realiza un peculiar tributo al Hollywood de los años 60. Y, “Hugo”, de Martin Scorsese, quien homenajea al cine desde la nostalgia de los primeros filmes fantásticos.
“Babylon”, es una película políticamente incorrecta. Quizá por esto, solo tiene tres nominaciones a los premios Óscar de la Academia. Parte de su gran encanto radica en su intención de no ser benevolente con la destructiva industria cinematográfica. La taquilla, tampoco ha sido del todo grata para esta obra. No es lo que el público espere en tiempos donde predominan las historias huecas repletas de sinsentidos.
Mientras escribo estas líneas, escucho la música de esta película, autoría de Justin Hurwitz. Los Óscar, le han nominado como Mejor banda sonora; es maravillosa. Era justo ver entre los nominados al actor mexicano Diego Calva, su interpretación, es para enmarcarla, me hizo pensar en los mexicanos que se habrían paso en el Hollywood silente, Ramon Novarro y Emilio “El indio” Fernández. Diego Calva supera con su actuación en “Babylon” a los actores que han sido nominados al Óscar este año.
Lo mismo para Margot Robbie, quien nos muestra que es una de las mejores actrices del presente. Y qué decir de Brad Pitt, haciendo alarde de sus mejores dotes histriónicas, ambos merecían estar entre las nominaciones de la Academia. Igual para su director y guionista Damien Chazelle. Las nominaciones que recibió “Babylon”, han sido en vestuario, diseño de producción y, la ya mencionada, banda sonora.
Esta película es un periplo a los últimos días del cine silente, es una evocación a la sordidez de la gran industria fílmica desde sus inicios. Es un recordatorio a la crueldad sobre la que descansa la magia del séptimo arte. Es odio y amor por el cine
La opinión expresada en esta columna es responsabilidad de su autor (a) y no necesariamente representa la postura de AM Hidalgo