Por: Callie Holtermann
Mercedes Jiménez-Cortés suele fotografiarse en los espejos redondeados que cuelgan de los estacionamientos. Los espejos convierten una escena cotidiana en surrealista, pues curva el concreto como si fuera gelatina y exagera el tamaño del rostro de Jiménez-Cortés, su iPhone o su dedo medio extendido.
A Jiménez-Cortés, de 24 años, quien trabaja para Instacart y vive en Atlanta, le gustó tanto el aspecto de los espejos que hace poco compró uno para su departamento. El elegante y redondo espejo de seguridad convexo acrílico para interiores modelo PLX18 cuesta 37 dólares en Amazon y viene equipado con un soporte de montaje giratorio para ampliar su rango de visibilidad en zonas de carga y entradas de vehículos. Jiménez-Cortés colgó el espejo cerca de una bola de discoteca en su sala, donde su gato, Pixie, contempla su propio reflejo distorsionado.
“Se ve raro”, afirmó Jiménez-Cortés, “pero es a propósito”.
Así es el último acercamiento de la generación Z al autorretrato. La etiqueta #SinFiltro para las selfis ya pasó y la distorsión obvia y boba está de moda. Para lograr una perspectiva forzada extrema está el lente ultra gran angular 0,5; el generador de retratos de IA para que parezcas una pintura; y la cámara digital de baja resolución para una calidad granulada y nostálgica. Algunos jóvenes en busca de estos efectos también están recurriendo a un objeto más conocido por retratar carreteras interestatales que influencers: espejos de tránsito.
Ya los has visto. A veces les llaman espejos de punto ciego y sobresalen de los autobuses escolares y de los vehículos de dieciocho ruedas. También se utilizan a menudo como espejos de seguridad, que permiten a los vigilantes de supermercados y estaciones de metro supervisar una zona amplia. Lo más correcto sería llamarlos espejos convexos, pero en TikTok, una plataforma experta en deformar el lenguaje, se les conoce como espejos de tránsito (traffic mirror).
Jiménez-Cortés afirmó que ve los espejos en muchas publicaciones de dicha aplicación, donde se presentan como una herramienta para tomarse selfis y como un truco de decoración de bajo costo. La etiqueta #trafficmirror, que tiene más de 20 millones de visitas, aparece junto a otras como #inspo, #roomdesign y #aesthetic. Los espejos a veces se incluyen en videos de TikTok de cuentas de ropa casual y los usuarios que comentan los elogian por el “estilo de un chofer de autobús”.
“De hecho, últimamente ha habido una ligera tendencia al alza en las ventas”, escribió en un correo electrónico Stylianos Peppas, director de SNS Safety Ltd., una empresa de seguridad de tránsito y estacionamiento vehicular en Londres que vende espejos convexos a través de Amazon. Peppas señaló que pensaba que los espejos se habían estado vendiendo bien “porque la gente está cada vez más preocupada por su seguridad y la de sus familias”.
Pero las redes sociales sugieren una motivación menos práctica. En Pinterest, las búsquedas de “espejo convexo” fueron cuatro veces más altas en diciembre que el año anterior, según Swasti Sarna, directora global de datos de la empresa.
Que los espejos de tránsito no hayan estado de moda antes forma parte de su atractivo. Al ser baratos, comunes y llamar la atención por estar fuera de lugar en un dormitorio o en Instagram, los espejos añaden un toque de irreverencia a las fotografías.
La manera en que los espejos distorsionan el rostro y el cuerpo puede eliminar parte de la presión de tener un aspecto perfecto, afirmó Allie Rowbottom, autora de “Aesthetica”, una novela de 2022 sobre una influente que intenta revertir años de cirugía estética.
La proliferación de aplicaciones como Facetune para suavizar los poros y disminuir cinturas más allá de lo posible provocó la reacción #SinFiltro que parecía enfatizar la autenticidad, pero incluso parte de esa supuesta autenticidad seguía requiriendo automanipulación. Lo que resulta “absolutamente extraño” en internet es el rechazo de la generación Z a ambos enfoques, comentó Rowbottom.
“Ya salimos de la era convencional de la selfi, que comenzó en 2012 o 2013 con la llegada de Instagram”, explicó.
Sin embargo, la historia del retrato distorsionado es anterior a las redes sociales. El pintor italiano Parmigianino tenía unos 21 años cuando pintó su “Autorretrato en un espejo convexo” en 1524. Parmigianino utilizó dos espejos de barbería que exageraban el tamaño de su mano y hacían que el horizonte detrás de él pareciera curvado y desviado.
Mucho más tarde, cuando el primer lente ojo de pez de Nikon salió a la venta en 1962, imágenes similares se convirtieron en un elemento fijo de la cultura pop. En la década de 1960, los lentes ojo de pez se utilizaron para fotografiar las portadas de los discos de Jimi Hendrix y los Rolling Stones, y para documentar la locura de Woodstock.
Pero el ojo de pez quizás se asocie más con la década de 1990, que la generación Z emula con encanto e ironía a partes iguales. El lente se convirtió en un elemento definitorio de la década por su prevalencia en la videografía de la patineta y el hip-hop, relató Jeremy Elkin, director del documental “All the Streets Are Silent”.
El director Hype Williams utilizó lentes de ojo de pez para realzar los atuendos futuristas de Missy Elliott en el video musical de “The Rain (Supa Dupa Fly)” y los múltiples personajes de Busta Rhymes en “Gimme Some More”. El lente ultra gran angular podía captar a un skater moviéndose con rapidez, el Hummer completo de Missy Elliott o una azotea llena de Beastie Boys.
Según Elkin, el ojo de pez ha vuelto a aparecer en las portadas recientes de los discos de Lorde y Harry Styles. Al crear un aspecto espectacular con un equipo relativamente barato, el lente convexo refleja un espíritu de “hágalo usted mismo” que es atemporal entre los jóvenes, atrevidos y sin dinero.
“Con la patineta, los videos musicales y los chicos que se toman selfis en los espejos de un estacionamiento, lo que todos tienen en común es que no se necesita un valor elevado de producción, una escena loca o una locación increíble”, afirmó Elkin. “Un lente de ojo de pez puede tomar algo tan básico como un estudio y convertirlo en algo emocionante”.
La misma lógica se aplica a TikTok, donde en julio Harry White publicó un video de su espejo para el tráfico que ha sido visto más de 1,2 millones de veces.
White, de 26 años, creador de contenidos de decoración para el hogar en Cardiff, Gales, despega tiras de película protectora del espejo y presiona su superficie blanda en el video, que casi provoca un escalofrío eufórico. El creador señaló que ha recibido mensajes de espectadores preguntando dónde pueden conseguir los espejos.
“Lo que pasa con TikTok es que es muy competitivo”, explicó. “Cuando a un creador le va muy bien con un video, como me pasó a mí, otros creadores de contenidos intentarán replicar el video, aunque la decoración de su casa sea muy diferente y no vaya a combinar con su estilo”, dijo.
La experiencia reforzó las dudas de White respecto a los ciclos rápidos de tendencias en decoración y moda que surgen en la aplicación. Los espejos son bastante baratos para que la gente los compre, grabe un video o dos y luego los deseche, siguiendo el manual de la moda rápida.
Los accesorios fotográficos para iPhone, tan de moda en el pasado, no han resistido el paso del tiempo: ¿Quién sigue buscando un ángulo favorecedor con un palo de autofoto?
Tanto si el espejo para el tráfico perdura como si no, Rowbottom cree que el sentimiento que hay detrás sí es perdurable.
“Apoyarse en una imagen distorsionada de uno mismo a través de un espejo o de la pantalla de tu iPhone es un acto de reivindicación y rebeldía”, afirmó Rowbottom. “Esa vibración es esencial para la cultura juvenil en cualquier época”.
c.2023 The New York Times Company