Sin darme cuenta, como suele sucedernos en ocasiones, transcurrió mucho tiempo para comentar a los amables lectores un texto muy peculiar, pero podría atreverme a llamarlo como “de colección” por su calidad, contenido y valor histórico.
Me refiero al libro intitulado “La Cantera de Guanajuato en el Teatro Iturbide”, coordinado por el buen amigo José Luis Romero Hicks, profesional en finanzas y político muy reconocido tanto en Guanajuato como en el País.
En el nombre de la obra llama la atención la alusión al Teatro Iturbide, por ello vale la pena recordar que así se denominaba hasta antes de 1922, el ahora Teatro de la República, con motivo de que ahí fue la sesión y promulgación de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos el 5 de febrero de 1917, en la ciudad de Querétaro, Qro. La publicación data en su primera edición de mayo del año 2017 para conmemorar precisamente los cien años de aquel evento histórico. 
En la edición se incluye el prólogo por parte del coordinador Romero Hicks en donde otorga créditos a los miembros del equipo que lo ayudaron a la investigación y acopio de datos para lograr finalmente la elaboración de esta obra.
Entre los que destacan en primer lugar Francisco I. Rodríguez Morrill, Ricardo Sánchez Benavides y Gonzalo Pozo Pietrasanta, sumando posteriormente al Dr. José Luis Lara Valdés, investigador en historia por la Universidad de Guanajuato y también invitó a un equipo de colaboradores de la Ciudad de México para recabar también información documental.
Entre ellos Alfonso Quijano y  Mario E. Velasco Torres de la Vega, quien contactó a un dibujante y verdadero artista plástico con el pseudónimo de Castrux, cuyo nombre es Jesús Castruita, ya fallecido (02/10/21).
La idea que planteó inicialmente Romero Hicks se concretó a dar una semblanza diferente y muy peculiar sobre los 18 diputados guanajuatenses electos al Congreso Constituyente de 1917, pero no con la transcripción o copia de sus simples datos biográficos contenidos ya en diversas publicaciones existentes a la fecha, sino que, su plan sería encontrar fotografías inéditas de esos personajes, pasajes desconocidos de sus vidas, de preferencia recabados a través de sus familiares descendientes y aderezados con una obra o dibujo del Maestro Castrux, las cuales pueden observarse en el libro como elaboradas a la plumilla.
Después del prólogo se incluye un trabajo preliminar de explicación histórica por parte de José Luis Romero y enseguida, un ensayo de José Luis Lara Valdés denominado “Diputados de Guanajuato al Congreso Constituyente, año de 1917”.
Posteriormente, ya entrando en materia, desfilan uno a uno a modo de “fichas biográficas” cada uno de los diputados constituyentes por el estado de Guanajuato, iniciando por el guanajuatense Ramón N. Frausto, nacido en Mineral de la Luz; así como los siguientes:
Vicente Miguel Valtierra Lozano, José Natividad Macías Castorena, Jesús López Lira, Luis M. Alcocer, José Villaseñor Lomelí, Antonio Madrazo Gutiérrez de Velasco, Santiago Manrique, Hilario Medina Gaona, Manuel G. Aranda Valdivia, Enrique Colunga Meade, Ignacio López, Francisco Díaz Barriga, Alfredo Robles Domínguez, Fernando Lizardi Santana, Nicolás Cano González, Gilberto Manuel Navarro Navarro, Luis Fernández Martínez, Heriberto Barrón y Carlos Ramírez Llaca.
Dos peculiaridades destacables, a las cuales hace mención Romero Hicks son precisamente de que siendo 18 distritos electorales con sus diputados propietarios e igual número de suplentes, dos de ellos electos no rindieron protesta el 1 de diciembre de 1916 y el suplente de uno de ellos no fue localizado por haber viajado a Estados Unidos, correspondiente a Heriberto Barrón; y otros dos pidieron licencia, cuyo lugar lo tomaron sus suplentes.
Por ello, en realidad fueron 21 guanajuatenses “cuyas vidas políticas quedaron atadas al Congreso Constituyente de Querétaro en 1917”. 
Y la segunda, fue que no hubo ninguna mujer, situación que contrasta con la época actual en donde la mujer ya ocupa un lugar relevante en las actividades políticas tanto locales como a nivel nacional.
La obra solamente tuvo un tiraje de mil ejemplares, desconozco si habría más ediciones, pero la misma constituye un documento para su consulta y valga nuestro reconocimiento para José Luis Romero Hicks y el equipo de trabajo que conjuntó.

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