El tribunal superior de Francia ratificó el miércoles una sentencia de prisión a Jerome Kerviel, autor de uno de los mayores fraudes comerciales de la historia que casi hunde a su banco, Société Générale, pero revocó el pago de 4.900 millones de euros (7.000 millones de dólares) que le habían impuesto por daños civiles.
Kerviel fue condenado en 2010 de un fraude con pérdidas de 4.900 millones de euros. El se considera víctima de un sistema que hacía de la vista gorda a sus transacciones ilegales siempre que el banco ganara dinero con ellas.
El condenado recurrió la sentencia de tres años de prisión, que ya había sido ratificada una vez por un tribunal de apelaciones.
En una declaración, el tribunal superior dijo el miércoles que la decisión del tribunal de menor instancia no había tomado en cuenta las faltas cometidas por el ex empleador de Kerviel, el banco francés Société Générale, cuando ordenó a Kerviel pagar por las pérdidas totales del banco.
Kerviel se encuentra en Italia, caminando rumbo a París en una peregrinación después de ver al papa Francisco. Imágenes de televisión lo muestran con una chaqueta roja y una mochila del mismo color caminando y tratando de evitar a un enjambre de periodistas que lo siguen. No formuló ninguna declaración.
Frente a la sala del tribunal, los abogados defensores se atribuyeron una victoria parcial y achacaron la culpa a “los errores de Société Générale”.
El tribunal supremo ordenó que la cuestión de los daños por derechos civiles sea ventilada nuevamente por el tribunal de apelación en Versailles.
El abogado del banco Jean Veil afirmó que en el nuevo juicio el banco explicará que supo “desde el momento en que fueron descubiertos estos hechos que había errores en nuestro sistema, que hemos reparado e invertido cientos de millones de dólares para poder cambiar nuestro sistema de control”.
El tribunal de apelaciones había ratificado la condena de Kerviel en octubre del 2010 por falsificación, abuso de confianza y uso no autorizado de computadora para encubrir transacciones por valor de casi 50.000 millones de euros, suma superior al valor de mercado de todo el banco. Lo sentenció a cinco años de cárcel, con dos años en suspenso, y le ordenó pagar por los daños.
Un informe interno del banco descubrió que los gerentes no averiguaron la causa de 74 alarmas diferentes por las actividades de Kerviel.
Proscrito de por vida para trabajar en el sector financiero, Kerviel pasó a ganar 2.300 euros mensuales (3.150 dólares en ese entonces) como asesor de computadoras después de irse del banco. Societe Generale le había pagado casi 100.000 euros anuales (155.000 dólares) con bonificaciones, una suma modesta frente a los 1.400 millones de euros que hizo ganar al banco en 2007.