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Resulta que la presidencia de Pachuca se convierte en el arca de Noé, donde se rescata y conserva por igual a víboras, tepocatas y uno que otro roedor de la administración de Omar Fayad, tal es el caso de la incorporación del exsubsecretario de Gobierno Luis Lomelí Plasencia, quien llega a servirse a la Secretaría de Servicios Públicos, más lo que se acumule en el mes de la ‘amistad’.
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Y sin costo de envío, vaya paquete que le deja la administración anterior al estado, una enfermedad en la salud financiera que no tiene vacuna ni remedio hasta el momento, esas de tipo hereditario que deja saldos impagables como el de más de 522 millones de pesos que, habrá que ver, en qué país conseguimos la cura y cuánto tarda en rastrear el número de guía de tan sorpresivo paquetito.
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En toda política sana la mejor fórmula es la prevención, así en la salud, o si usted gusta, curarse en salud. Esa advertencia sin duda no les dejará sin fondos para los imprevistos o saqueadas las arcas. Viendo los números que dejó la anterior administración ¿no habría que comenzar a dar manotazos? Antes que estiren las manos los funcionarios que entran y que quedan del anterior gobierno, por decir, Tenorio en Prevención y Reinserción Social.
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Y como el show debe continuar, pase lo que pase no hay que despegar los ojos de la pantalla de la Tv estatal, tal vez si dejamos de escuchar el ruido y leemos los títulos, podremos notar, algunas recientes y otras no, fórmulas que siguen ahí estirando las manos y encubriéndose con sus “actividades cotidianas” de lo que en realidad sucede detrás de la pantalla en recursos humanos, y así, en otro capítulo de esta temporada continuamos.
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Después de todo la inteligencia natural nos les dio y tampoco es tan probable que la artificial les pueda ayudar mucho. No conocen la aplicación de forma constructiva, tendrían volver a lo básico, aprender a sumar, porque las restas se les dan muy bien a muchos de los que integraron el gobierno anterior, después de mucho alarde de modernidad y ‘crecimiento’, obras sin planeación adecuada, de mala calidad y endeudamiento, se vale preguntar: ¿quién creció contigo?
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