El director del Grupo Coqueta, David Cashat Padilla, falleció el pasado primero de marzo, a los 59 años.
Nacido el 22 de septiembre de 1963, el directivo realizó sus estudios en el Instituto Lux y cursó la Licenciatura en Administración de Empresas en la Universidad Iberoamericana.
Sus papás fueron Martha Padilla y David Cashat Succar (q.e.p.d.), y en 1987 David se casó con María del Carmen Villalobos, aunque fueron novios desde jóvenes esperaron para formar su familia que la conforman sus hijos: David, Daniel, Diego y María de 32, 30, 28 y 22 años, respectivamente.
Alejandra Calleja Villalobos, sobrina de David Cashat, compartió parte de sus experiencias de vida, detalló que su mamá y la esposa de David son hermanas.
Yo crecí al lado de mi tío, ha sido una de las personas más importantes, David siempre estuvo”.
En la parte de familia, señaló que su tío siempre vio por todos, era una persona entregada, comprometida.
Era el tío que estaba presente, que ayudó a escalar un árbol, que daba los más grandes consejos de vida y trabajo. Atento no solo con la familia sino con todos los corazones a los que le tocó”, afirmó.
Aficionado al futbol, su equipo era el Club León, le gustaba ir al estadio y las caminatas en Sierra de Lobos.
Cuando joven en algún punto vivió en Nueva York, de ese viaje recordaba que vio a Madona en vivo, cantante a la que siempre admiró.
De soltero, junto con sus amigos, formó parte de un Club de Toby, cuando iban a ver a sus novias a la Presa de Cuarenta en Jalisco.
Calleja Villalobos expresó que David Cashat fue un esposo respetuoso, él y María del Carmen eran una pareja divertida, hospitalaria, compartida, siempre juntos. Como papá supo formar a sus hijos conscientes de la vida, con valores, sin dejar de lado una formación dura, “los traía en cintura”.
Era una persona sencilla, consciente de lo que tenía, eso le permitió dar no solo en lo económico, también alentar a los demás a mejorar. Mi tío daba vida, en lo que cada uno necesitaba, era feliz viendo que los demás lo eran”.
Empresario solidario
Su sobrina, recordó también su faceta de empresario, solidario y generoso, que destacó en innovación y empatía con sus colaboradores, siempre quiso que sus trabajadores tuvieran un mejor estilo de vida.
En redes sociales los comentarios de sus colaboradores confirmaron el buen trato. Aprendió a cambiar la forma de trabajo, sin quedarse estancado, compartiendo su conocimiento.
Algo que lo caracterizaba era que se dio tiempo para ser empresario, esposo y padre de familia. Tenía por costumbre salir a las cinco de la tarde junto con sus trabajadores, no estaba obsesionado con trabajar y hacer dinero.
Procuró darse tiempo para sí, por las tardes cuidaba su huerto, le gustaba realizar actividades sencillas que lo hacían feliz, hacía cosas para él.
Abría su corazón a todos, sin distinción, disfrutó de la vida y del mundo entero, por eso nos duele a todos su partida”. concluyó.
Lo despide su gremio
El viernes por la mañana se realizó una misa para despedirlo en las instalaciones de la Cámara de la Industria de Calzado del Estado de Guanajuato (Ciceg).
El sacerdote Fidel Hernández Lara, estuvo a cargo de la celebración en la que participó la familia, amigos y empresarios del gremio zapatero.
Durante la homilía, el vicario habló de las despedidas al igual que Cristo se despidió de sus apóstoles en la última cena.
Yo me tengo que ir, los voy a dejar, en ese ambiente de despedida esperen el Reino de Dios”.
Al término de la misa se leyó un mensaje de Javier Cervantes, un colaborador de la empresa quien compartió que David llegó a la empresa a los 14 años.
Detalló que David siempre estuvo interesado en las actividades del personal, ofreciendo ayuda, además de mostrar un deseo enorme por aprender.
En ocasiones pidiendo ayuda para hacer la tarea de la escuela y en otras haciendo compañía a gente de oficinas, almacenes y operarios.
Recordó que a David le encantaba jugar futbol y tenía el mote del “duro”, también practicaba el atletismo y su pasión eran los recorridos por la Sierra de Lobos con su familia.
Fue un ser humano caracterizado por su humildad, respeto, sencillez, calidez y sobre todo don de gente, siempre preocupado por las personas, buscando la manera de extender su mano brindando el apoyo, pero sobre todo su preocupación por ayudar a los demás”.
El mensaje del colaborador cerró señalando que quienes tuvieron el placer de encontrarlo en el camino de la vida, se sentirán plenamente agradecidos por la sonrisa que siempre brindó, también la disposición de escuchar y darles atención. ¡Gracias por todo David, en paz descanses!
Recuerda su labor
Aunque no haya presidido la Cámara, deja un legado; tuvo una participación activa, hizo grandes aportaciones”.
Así lo recordó Alejandro Gómez Tamez, presidente ejecutivo de Ciceg, quien conoció a David Cashat Padilla cuando ingresó a la Cámara hace más de diez años.
Detalló que el empresario, siempre estuvo presente como miembro del Consejo Directivo de Ciceg, con posiciones importantes. Incluso en este año era la persona que iba a ocupar la Tesorería en la planilla de Mauricio Battaglia.
Recordó que cuando el sector zapatero tuvo grandes afectaciones por la importación de calzado chino, Cashat Padilla marcó la pauta en la vicepresidencia de comunicación.
Precisó que la empresa de David se distinguió por una brillante estrategia de mercadotecnia que compartió.
Hay un legado, le aprendí cosas; hacía valer su opinión. Lo vamos a extrañar. En los consejos ciudadanos se requiere participación”, concluyó.