León, Guanajuato.- Tras su cierre, Gissing dejó a sus proveedores en Guanajuato una deuda estimada de 100 millones de pesos.
La compañía cerró sus operaciones en octubre del año pasado.
A sus mil 100 trabajadores les informó de su despido con un mensaje de WhatsApp.
Desde entonces, alrededor de un centenar de MiPymes han tenido que lidiar con los efectos que les dejó el cierre de la compañía, dedicada a la fabricación de quemacocos.
Afectación de cinco tipos
La afectación es de cinco tipos, explicó Fernando Camarena Flores, propietario de Mundo MRO.
En las que se consideran las facturas pendientes de pago, el inventario que se queda en almacén, la inversión, la utilidad que se deja de ganar y la pérdida de trabajadores, su estimación es de un millón 200 mil pesos.
El empresario tuvo que despedir a tres de sus trabajadores, en un momento que estaba en crecimiento, es un retroceso, reconoció.
En su caso se quedó con un inventario que tardará un año en venderlo, por ejemplo tiene siete mil latas de pintura negra, sumadas a otros productos, ya que tenía órdenes de compra por tres meses, para evitar un desabasto.
Nunca había visto que una empresa automotriz desapareciera, cerrando de la noche a la mañana”.
Amplía cartera de clientes
Mundo MRO, compañía asentada en León tiene cuatro años en funcionamiento: se dedican a la proveeduría de insumos para mantenimiento, reparación y operación que incluye desde un clavo hasta una maquinaria.
Recordó que un año antes de que se diera la quiebra de Gissing revirtió su forma de trabajo, en ese momento este cliente tenía el 90% de sus ventas. Amplió su cartera de clientes y dejó de depender de uno solo. De esta forma logró reducir al 50% la deuda antes del cierre; aún así le quedaron a deber 600 mil pesos en facturas.
Camarena Flores destacó que no han tenido contacto con la empresa, tampoco les han dado la cara a los afectados
En su caso, interpuso una demanda pero un juez la desechó y está pendiente su proceso.
Detalló que tienen un compacto grupo de WhatsApp en el que están ocho proveedores que se comunican de sus avances.
Fue un retroceso, íbamos creciendo y nos detuvo un año y medio, será complicado crecer. A las MiPymes esto nos rompió, no tenemos la estructura de una empresa grande”.
Debe empezar nuevamente
El cierre de Gissing dejó a Alejandro Padilla Tostado, sin personal regresando a sus inicios cuándo empezó su negocio.
Padilla Tostado es propietario de la empresa Lubritodo del Bajío representante de la marca Total, eran proveedores de lubricantes.
Detalló que dos semanas antes de que estallara el problema le depositaron una parte del adeudo, en su caso le quedaron pendientes 600 mil pesos.
El capital de trabajo que perdió era para dos meses de operaciones.
Era un capital que tenía para pagar a mis proveedores, porque ellos no perdonan”.
Reconoció que tuvo que despedir a dos de sus trabajadores, ahora debe encargarse de todo, sumar a su familia cómo hace 23 años cuando empezó su negocio.
Fue un brinco hacia atrás, nos afectó en el capital”.
Para su negocio las empresas del sector automotriz representan el 40% de sus clientes.
Durante dos años estuvo trabajando de forma indirecta como proveedor, dos meses antes de que Gissing cerrará lo buscaron directamente para ser proveedor.
El empresario interpuso una demanda en México, que está en proceso aunque su interés inicial era demandar en una corte norteamericana, pero eso le supone un gasto mayor porque debe pagar abogados en Estados Unidos, lo que vuelve inviable esta opción.
Hacen llamado a que no los dejen solos
Fernando Camarena Flores y Alejandro Padilla Tostado señalaron que se sintieron desprotegidos por el Gobierno Estatal, si bien es un asunto mercantil entienden que en eso no los pueden ayudar, aunque tampoco saben a quién recurrir.
Expusieron que las autoridades saben quiénes son los representantes legales, en eso si pueden colaborar en compartir la información con los proveedores.
Su petición es que cuando las empresas lleguen, entreguen pólizas de garantías, para evitar este tipo de problemas.
Desde la visión de los empresarios hubo una total indiferencia, considerando que la empresa cerró y no pasó nada. Les interesa generar una mesa de diálogo para resolverlo.
Nadie habla de los proveedores, si hacemos cuentas se perdieron 200 trabajos por los despidos de las MiPymes, algunas empresas no pudieron sobrevivir”.
Por último consideraron que el Gobierno Estatal, debió haber interpuesto una queja en la Organización Mundial de Comercio, por las afectaciones que dejaron en Guanajuato, para generar responsabilidades a nivel global.
“El cierre de empresas se lleva el patrimonio de las microempresas, esto nos generó incertidumbre”, señalaron.
En ambos casos las finanzas sanas fue lo que las salvó de la quiebra, advirtieron.
SM