Los polinizadores como abejas, mariposas, colibríes, necesitan de las plantas tanto como estas necesitan de los polinizadores.
Sin embargo, la urbanidad ha afectado a las áreas verdes de las ciudades provocando que el ecosistema no funcione como es debido. Por eso, está en nuestras manos plantar especies nativas de flora que ayuden a mantener el equilibrio. A continuación, una lista de algunas de ellas:
El Algodoncillo (Asclepias curassavica) es muy útil tanto para las abejas como para otros insectos como las mariposas, que suelen colocar sus huevecillos sobre esta especie, que además sirve de alimento cuando son orugas.
El Tejocote (Crataegus Mexicana) posee unas hermosas flores blancas. Aunque esta especie no florece todo el año, sino únicamente entre enero y abril, algunos polinizadores como las abejas se sienten especialmente atraídas por ella, lo que puede no ser de mucha utilidad para el Tejocote que es hermafrodita, pero sí para las abejas que adoran alimentarse de ella.
Las Zinnias, también conocidas como Carolinas, además de ser muy ricas en néctar son llamativas debido a sus colores y formas pequeñas. Atraen a abejas, mariquitas, colibríes, avispas e incluso escarabajos.
La Tronadora (Tecoma Stans) se caracteriza por unas atractivas flores amarillas de gran tamaño que, además de alimentar a polinizadores de todo tipo, también tienen propiedades curativas para las personas con diabetes.
El Pericón (Tagetes lucida) crece de manera silvestre en muchas regiones de México, por lo que los cuidados que requiere son mínimos. Las personas que la conocen suelen utilizarla como condimento al cocinar y para aliviar dolores estomacales. Sus delicadas flores amarillas contienen generosas cantidades de néctar, por lo que abejas y colibríes suelen ser sus vecinos.
El Cordoncillo (Salvia leucantha) es una de las especies más conocidas. Su floración morada atrae sobre todo a las abejas ya que posee un néctar especialmente dulce que brinda mucha energía a los polinizadores.
