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“Lo que está ocurriendo en el @PRI_Nacional ya no es sorpresa para nadie”, publicó el exgobernador Omar Fayad en su cuenta de Twitter por la destitución de Osorio Chong en el Senado; discrepar, publicó, “es el más elemental ejercicio democrático…” y calificó a la dirigencia nacional del PRI como un feudo que impone “liderazgos basados en amenazas, favores políticos, nepotismo y prepotencia”. La ola roja impulsada por Fayad, al parecer, comienza a elevar la marea rumbo a las elecciones.
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Bastó que en una tranquila mañana, alguien se decidiera a apretar el botón rojo que despertó esta marea roja de reacciones, todas al mismo nivel político, para revivir el llamado al orden dentro del PRI y la denuncia de su dirigente @alitomorenoc por el tema del Senador Osorio, a modo que el diputado hidalguense Alejandro Enciso expresó, también en Twitter, su compromiso institucional, el apoyo al exgobernador Fayad y la condena enérgica de socavar la estabilidad del partido. Motivación faltaba.
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No faltaron los actores políticos del PRI del estado en mostrar su posición, como Bernardo Arista, invitando a la autocrítica, replanteando la unidad, retomando el diálogo y la apertura, no a las descalificaciones y sí a la congruencia, no a los cotos de poder y el respeto suyo a la lealtad de los priistas, más allá de los intereses personales, que dicho de ese modo, es una descripción de las acciones de su líder nacional. El color rojo, se encendió en Hidalgo.
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Y mientras el estado se encendía en la crítica, la grilla, la oposición y los argumentos a favor, en una galaxia muy, muy lejana, aquel municipio de Pachuca, en otro metaverso, su alcalde Sergio Baños, emulando a su familiar de Reglamentos, fijaba su mirada en los espectaculares, ideando cómo anular esos contratos en los puentes de Pachuca, soñando con tintas de colores y grandes lonas.
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Y en los arranques de la Semana Santa y su afluencia turística y derrama económica, el municipio de Ixmiquilpan parece ganarle la partida en la prevención y preparación de la llegada calculada en más de un millón de visitantes, a la propia Secretaría de Turismo del estado, pues la presidenta Araceli Beltrán, dice tener claro que “todos” debemos tratar bien al turista y que tiene lista a su ‘policía turística’ de apoyo.
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