León, Guanajuato – Tomar la calle para hacerse visibles, para reconocerse y encontrarse. Este domingo, personas con Trastorno del Espectro Autista (TEA) y sus familias marcharon del Arco de la Calzada al parque Explota para concientizar sobre esta condición.
Con ello buscan la inclusión y la comprensión de la sociedad, ante una forma diferente de ver y de sentir el mundo, pues no es una enfermedad, en el marco del Día Internacional del Autismo.
Tener un hijo con esta condición “es bonito, pero difícil de sobrellevar, ellos ven la vida simple, pero cuando hacen una rabieta porque tienen una crisis, la gente te juzga porque creen que como mamás no les ponemos límites”, dijo Ana Karina Romo, mamá de Ian.
Las personas con TEA reciben sobreestímulos por un ruido fuerte, con las fiestas o luces intensas y lloran, están incómodas, cansadas o se aíslan y se necesita que los demás respondan con calma y empatía.
El autismo es un trastorno neurológico
El autismo es un trastorno neurológico de comienzo infantil donde se altera el desarrollo normal del cerebro. El niño o niña empieza teniendo un desarrollo normal hasta que a los 18 meses aproximadamente se notan diferencias o dificultades en tres áreas del cerebro.
Estas son la de la comunicación y lenguaje, la de socialización y la de los intereses y conductas.
El TEA incluye el síndrome de Asperger y como no suele ser evidente en la apariencia física, puede pasar desapercibido en los primeros años, pero un diagnóstico y tratamiento temprano mejora el pronóstico. En cambio, la falta o demora de ello lo empeora.
No obstante, el diagnóstico llega con un duelo, cuenta Lourdes Lozano Díaz Aranda, directora general de CLIMA, Clínica Mexicana de Autismo y Alteración del Desarrollo, filial Bajío, AC. Ella tiene un hijo con esta condición.
“Es doloroso porque ya tienes proyectado algo -para ellos- y resulta que no, pero ha sido la lección más grande de mi vida, es el propósito de mi vida, mi amor infinito hacia mi hijo es lo que me motivó a estar al frente de esta institución para ayudar a más personas y familias”.
Para que conozcan sobre TEA, que dependiendo del grado que tenga la persona (uno, dos o tres), según la capacidad de autonomía, serán las dificultades que tendrán ella y su familia.
En el caso de Lourdes, su hijo es grado dos, lo que significa que tiene limitaciones de lenguaje, no mide el peligro y siempre va a necesitar supervisión. Esto plantea un desafío no solo para el presente, sino el futuro, cuando las madres o sus principales cuidadores ya no estén.
Raúl es autosuficiente, trabaja y estudia
En el caso de Marcela, su hijo José Raúl, con TEA, hoy de 21 años, es un joven autosuficiente, que trabaja, estudia y es capaz de valerse por sí mismo. Otra mamá, con un hijo recién diagnosticado, escuchaba con atención el testimonio de Marcela. Terminaron intercambiando experiencias.
Se calcula que uno de cada 115 mexicanos tiene algún grado de TEA, según un estudio en que participó CLIMA.
Son 600 mil personas que están dentro del espectro, ¿y quiénes los están atendiendo?, hay que ir con los más desfavorecidos, los que no tienen terapia o que están retirados en los municipios”, apuntó Lourdes.
PCCD