Ciudad de México.- La operación de compra-venta de 13 plantas de Iberdrola, en la que participó el gobierno mexicano, envía una “señal negativa” a los inversionistas que quieran llegar al país, opinó el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Es una señal negativa hacia la inversión en el país, ya que es precedida por ataques verbales del propio presidente (Andrés Manuel López Obrador) a Iberdrola (sin ninguna prueba objetiva). Ello en un momento cuando el país necesita concretar la atracción de inversiones en la gran oportunidad que representa el movimiento de relocalización o nearshoring”, señaló.
Para los especialistas del CEESP, con esta operación “la preferencia revelada del gobierno es más bien por objetivos políticos que comienzan a tomar fuerza ante la cercanía del proceso electoral”.
Además, al parecer los 6 mil millones de dólares provendrán del Fondo Nacional de Infraestructura (Fonadin) y aún se desconoce si la compra implica mayor deuda pública.
Lo que se sabe es que, si bien las centrales de generación eléctrica “son productivas y probablemente eficientes, su adquisición conlleva gastos de mantenimiento a futuro, que serán difíciles de solventar”.
El adquirir 13 plantas no implica que vaya a aumentar la producción eléctrica, porque se trata de plantas que ya operaban. Desafortunadamente se invierte en generación, pero la inversión en líneas de transmisión y distribución son insuficientes e incluso están por debajo de lo planeado en el Programa de Desarrollo del Sistema Eléctrico Nacional (Prodesen).
“En este momento, sería importante que la política pública estuviese concentrada en crear todas las facilidades posibles a fin de sacar el mayor provecho de la relocalización o nearshoring”, y para ello hay que invertir en otras áreas como “mejorar y ampliar la infraestructura pública y la logística y asegurar que la electricidad se transmita y distribuya suficientemente a lo largo de todo el país”.
En este punto, la inversión en líneas de transmisión y distribución, que es monopolio de la CFE, ha sido insuficiente. Dichas inversiones han estado significativamente por debajo de lo planeado en el Prodesen desde 2019.
“Aunque la adquisición de las plantas puede considerarse como inversión, no implica un aumento en la generación de electricidad, pero sí representa la necesidad de mayores recursos públicos para mantener su operación en el tiempo, que pueden ser escasos ante la debilidad estructural de las fuentes de recursos del sector público y la necesidad de mayor gasto en otros temas de mayor relevancia para el bienestar de la población, como salud, educación y seguridad”.
Compra a Iberdrola defiende soberanía energética: Morena
El dirigente nacional de Morena, Mario Delgado, aseguró que, con la compra de 13 plantas generadoras de energía eléctrica a Iberdrola, el presidente Andrés Manuel López Obrador demuestra “con hechos y no solo en el discurso” que la defensa de la soberanía energética nacional” es una prioridad de este gobierno.
“Con esta decisión se pone freno al entreguismo del sector eléctrico; entreguismo del que solo se beneficiaron las empresas extranjeras y sus amigos de la derecha. Dice la oposición que las plantas que compró el Estado Mexicano son chatarra cuando en realidad éstas abastecen a las empresas más importantes del país, que ahora pasarán a ser clientes de la CFE. Y a diferencia del periodo neoliberal, a partir de este momento los beneficiarios de estos contratos serán todas y todos los mexicanos y no unos cuantos”, sostuvo.
El líder guinda sostuvo que la administración federal jamás iba a permitir que siguieran adelante empresas que abusaron del modelo del autoabasto energético y que podían subir los precios de manera mañosa a los consumidores.
“Lo que busca nuestro presidente es que haya tarifas accesibles para los hogares y negocios mexicanos; que ya no se golpee continuamente el bolsillo de las familias. Contrario a lo que ocurría con los esquemas de generación de electricidad anteriores, donde los intereses de los privados siempre estuvieron por delante de los del país”, comentó.
Asimismo, Delgado Carrillo afirmó que estamos frente a una nueva nacionalización del sector eléctrico del país, dado que la CFE se convertirá en el proveedor mayoritario de energía eléctrica en México, aumentando su producción del 35.6 al 55.5% del total nacional, lo que, junto con la rehabilitación de plantas hidroeléctricas y la construcción de nuevas instalaciones de generación de electricidad, llevarán a la empresa mexicana a producir el 65% del total de la energía al final de este sexenio.
“Que se escuche fuerte y claro, Andrés Manuel López Obrador y el gobierno que encabeza es el de la mayoría no el de la oligarquía por eso sus decisiones están pensadas en cómo ayudar a quien más lo necesita y no en cómo seguir enriqueciendo a un puñado. Sin duda, tenemos un presidente que hasta el último día de su sexenio velará por el fortalecimiento de nuestra soberanía, sobre todo, en un ámbito fundamentalmente estratégico, como es el de la generación de energía eléctrica”, destacó.
Finalmente, Mario Delgado subrayó que esta decisión es histórica pues “pone de relieve la profundidad de la transformación que vive nuestro país en todos los ámbitos de su vida pública y demuestra la capacidad de diálogo que tiene el gobierno con el sector privado”, lo que, dijo, refrenda el acuerdo de trabajar de manera conjunta siempre pensando en el bien de las y los mexicanos.
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