Los jóvenes son vulnerables a caer en engaños en las redes sociales.

Celaya, Guanajuato.- Los niños y jóvenes son el sector más vulnerable ante los riesgos por el uso de las redes sociales, donde los menores encuentran un “refugio” ante la ausencia de padres o tutores. 

Así refirió la psicóloga clínica Ángeles Mejía Núñez, al considerar que si bien la vulnerabilidad no responde a una clase social, sí aumenta donde hay ausencia de los padres, por lo tanto, un menor sin “un cuidador” responsable de su bienestar físico y emocional, está en un mayor riesgo.

“Hay un riesgo en la adolescencia y en la prepubertad, el mundo ha evolucionado de tal manera en la que prácticamente nacen con la tecnología, la cual, tampoco les podemos negar, porque entonces los dejaríamos sin herramientas para afrontar el mundo. Los límites y las reglas en el núcleo familiar deben intervenir en este caso”, señaló.

Informó que en el 2017 la población que más utilizó tecnología en redes sociales fue la de 13 años y tenían un 27 % de posibilidades de caer en depresión. 

La mayoría, jóvenes en busca de validación y aceptación por medio del manejo o intercambio de contenidos que los llevan a situaciones de riesgo, incluidos los de tipo sexual y las dinámicas conocidas como “retos”.

“Es donde los chicos desaparecen de sus casas por 48 horas. En la sociedad actual, existe el miedo de estar desconectados, que no sepan de nosotros. Eso genera la necesidad de estar conectados con todos los demás, tener más likes en las publicaciones para sentirse parte de un grupo y estar validados en cosas que generan diferentes situaciones de riesgo. No se sabe que se trata de una ilusión”, dijo. 

Padres no son amigos

Explicó que los menores están inmersos en un contexto desfavorable, donde los padres desarrollan un rol de amigos en vez de una figura que instruya a través de límites. 

En el uso de los teléfonos, señaló que debe darse un tiempo específico con la supervisión de padres, toda vez que tienen la total jurisdicción sobre sus hijos.

“A veces olvidamos escuchar lo que sienten. Esta generación ha sido muy criticada o referida como de cristal porque se dice sobre el cuidado de sus emociones, pero no nos interesamos realmente en ver sus necesidades a fondo, escucharlos e indagar si es necesario. Hay muchos problemas de autoestima que son gran parte de las causas de los menores”, dijo.

Explicó que, lo anterior, se agrava ante la situación que tiene el País donde solo el 20 % de la población toma con seriedad las aportaciones de la psicología, lo cual, llevado a las familias, se observa en la falta o nula comunicación, escucha o intervención oportuna ante comportamientos irregulares de los menores.

Si bien debe existir una privacidad para los jóvenes, aclaró que ante los riesgos de las redes sociales importa que los padres valoren que sus hijos son menores de edad y necesitan la supervisión adulta.

Aunque la terapia se mantiene como un servicio al que pocos pueden acceder porque los costos van de los 400 a los 600 pesos, Ángeles Mejía Núñez señaló que hay medidas básicas para cualquier persona, desde poner límites y dar media hora de escucha a los menores para saber de ellos.

“Ellos buscan llamar de alguna forma la atención y sentirse integrados a una sociedad donde se necesita la escucha, la atención en sus emociones. Nunca los padres podrán ser sus amigos”, expresó.

mplaza@am.com.mx

CA

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