La noche del miércoles 3 de mayo quedará grabado con letras de oro en la historia del Club León por el rompimiento de una maldición que parecía infinita en el torneo internacional del área de Concacaf.
Después de un inicio tambaleante ante un equipo regiomontano que quiso asegurar la final desde el primer minuto, los ánimos vinieron a la alza con un motivado equipo de Nicolás Larcamón.
Como si de un guión de película se tratara, un leonés de nacimiento vino a renacer de las cenizas una esperanza que parecía perdida con un golazo desde tres cuartos de cancha que venció sin problemas a Nahuel Guzmán apenas a los 10’.
Tras ese gol de la figura llamada Fidel Ambriz, un renacido Ángel Mena llegó para aumentar la cuota a dos anotaciones tan solo cinco minutos después.
Aquello resultó toda un balde de agua fría gigantesco para los felinos de Nuevo León, pues durante más de 60 minutos no supo qué hacer con el esférico a pesar de que el rival le dio la facilidad para hacerlo.
Sin embargo, una genialidad de Raymundo Fulgencio al 68’ hizo temblar a los aficionados panzasverdes con los fantasmas de los penales que, con un virtual marcador de 2-1, revivió aquellos resultados negativos en tres ediciones consecutivas para el León.
Pero hoy todo aquello quedó atrás y, encomendándose a las plegarias, suplicas y, sobre todo, a un exquisito futbol, Adonis Frías sentenció las acciones al cerrar la pinza en el segundo poste tras una peinada de William Tesillo, quien prolongó hacia el argentino.
Así, con un día histórico para el deporte leonés, la Fiera de Larcamón buscará la revancha ante Los Ángeles FC de Carlos Vela, club con el cual hay cuentas pendientes por aquella eliminación en 2020 con Ignacio Ambriz al mando.