Durante la ceremonia de coronación del rey Carlos III, existió un momento tierno, entre padre e hijo con el príncipe Guillermo que cautivó al público y que pareció afectar a Enrique, duque de Sussex, hijo menor del rey.

De acuerdo con El Universal, el príncipe de Gales, de 40 años, se arrodilló ante su padre y juró su lealtad como heredero al trono.

Como parte del protocolo, Guillermo debe inclinarse y darle un beso en la mejilla a sus padres, y fue en este momento en el que los espectadores notaron que el rey Carlos, de 74 años, susurró conmovedoramente: “Gracias, Guillermo”.

El príncipe Guillermo besa a su padre, el rey Carlos III, durante su ceremonia de coronación.Fotos: AP.

Sin embargo, las comparaciones no se hicieron esperar con su hijo menor, Enrique que se ha distanciado públicamente de su familia tras las polemicas declaraciones que dio junto a su esposa Meghan Markle —quien se quedo en Montecito, California con sus hijos: Lilibet y Archie—, ante el “maltrato” y “discriminación” que sufieron por parte de la familia real.

Además de la publicación del libro no autorizado, “En la sombra”, donde habló de su madrastra, la reina Camila. 

Durante la ceremonia, el antes príncipe Enrique, estaba alejado de su familia y de su padre, y se le asignó un asiento en la tercera fila, entre el esposo de su prima, la princesa Eugenia, y la princesa Alexandra, una prima de 86 años de la reina que ocupa el puesto 56 en la línea de sucesión al trono.

Enrique, duque de Sussex mirando a su padre, el rey Carlos III y a su hermano Guillermo a la distancia. Foto: AP.

Tuvo breves momentos al mirar a su padre y su hermano durante el tradicional servicio que fueron capturados en fotografías. En todo el acto evitó la mirada con su hermano mayor, Guillermo y su padre, el rey Carlos III.

La experta en lenguaje corporal Judi James declaró que los hermanos evitaron el contacto visual en todo momento.

Guillermo toca la corona de San Eduardo en la cabeza del rey Carlos III. Foto: AP.

“Los dos parecían haber hecho un pacto para evitar demasiado contacto visual durante la ceremonia, posiblemente porque Carlos parecía en peligro de sentirse abrumado por la emoción en algunos momentos.

“Hubo una micro mirada cuando Guillermo se ató la capa y luego pudimos verlo mirando hacia otro lado mientras hacía su juramento, aunque hubo un momento después de eso cuando se encontraron brevemente con el contacto visual y recibimos una mirada de calidez y gratitud de Carlos a su hijo”, mencionó la experta.

De acuerdo con The New York Post tampoco interactuó con ellos después de la ceremonia, porque subió a un automóvil con destino al aeropuerto de Heathrow para volver con su esposa e hijos.

 

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