Lo que más se disfruta de enseñar es la alegría por vivir y la felicidad que proyectan niñas y niños, así como el amor incondicional que nos regalan, expresó la maestra Velia, quien tiene 37 años de servicio.
Por más de tres décadas, Velia Esther de Blas Muñiz ha estado frente a grupos de preescolar ya que esa fue su formación en el Centro Regional de Educación Normal (CREN) Benito Juárez de Pachuca.
Indicó que la pandemia de COVID-19 fue una de las etapas más difíciles en su experiencia, ya que al regresar del confinamiento detectaron muchas carencias en los estudiantes, como el aprendizaje y la convivencia.
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DISFRUTA CADA GENERACIÓN
La ‘miss’ Velia, como es conocida en el Jardín de Niños María Vargas de Ita, en la colonia Piracantos, nació en San Luis Potosí hace 57 años.
Pero debido al trabajo de su papá como militar, su familia llegó a vivir a Pachuca desde que ella era una niña y aquí realizó sus estudios.
“He disfrutado siempre cada momento que he tenido con cada una de mis generaciones, he aprendido mucho de ellos. Las niñas y niños nos enseñan siempre a conocer y valorar lo que es la vida”, expresó.
ALEGRAN A NIÑOS CON PROBLEMAS
En entrevista, compartió que la docencia le ha dejado muchas enseñanzas y lo más gratificante es que los alumnos siempre sonríen, tienen paz interior que les transmiten porque su mundo es sin enojos ni preocupaciones.
Sin embargo, dijo, a veces algunos llegan muy tristes de su casa, llegan con problemas fuertes que viven con sus papás, pero cuando están en la escuela transforman todo y disfrutan lo que hacen.
“Esos son regalos muy bonitos para nosotros, porque por lo menos en un ratito de estancia en la escuela podemos hacerles llevadera esa pena que cargan y se les olvida lo que a veces viven”, comentó.
AGRADECIMIENTO DE EXALUMNOS
Recordó el caso de un alumno de preescolar que tuvo hace varios años, que tenía problemas en su casa, le exigían mucho y como castigo lo bañaban con agua fría, y aunque era muy travieso, evitaba darle quejas a su mamá para que no lo regañaran.
Después, un joven de 18 años se acercó a saludarla y le dio las gracias porque en la escuela y con ella siempre se sintió muy cuidado y protegido, le dijo que la quería mucho y siempre se acordaba de ella.
“Esas son las grandes gratitudes que tenemos. Vale mucho la pena lo que hacemos porque nosotros no trabajamos con un material, lo hacemos con seres humanos y lo que tratamos de hacer en ellos es que sean personas de bien”, mencionó.
PANDEMIA ETAPA DIFÍCIL
Respecto al confinamiento por la pandemia, manifestó que fue difícil sacar a los estudiantes adelante porque las enseñanzas que daban a distancia no tenían ningún reflejo.
Lo anterior, explicó, porque papás y mamás, al querer que sus hijos entregaran bien hechos los trabajos, se los hacían y no dejaban que niñas y niños aprendieran; además que los docentes trabajaban más tiempo.
“Ese tiempo fue muy difícil, muy pesado. Cuando regresamos a clases nos dimos cuenta de que había muchas carencias en muchos sentidos, sobre todo en los aprendizajes y en la convivencia”, refirió.
MÁS DE 52 MIL MAESTRAS Y MAESTROS
Tras egresar de la carrera, De Blas Muñiz trabajó en Atotonilco de Tula, después en Zempoala y siguió Pachuca, en el fraccionamiento Juan C. Doria, El Palmar y en Piracantos va a cumplir 23 años.
Confió en que sus exalumnos sean jóvenes, hombres y mujeres que siempre sean productivos en la sociedad, que se conduzcan con respeto y honestidad en todas las labores que realicen.
Este 15 de mayo se conmemora el Día del Maestro y, de acuerdo con datos de la Secretaría de Educación Pública de Hidalgo (SEPH), 52 mil 611 docentes atienden a un millón de estudiantes de todos los niveles en el ciclo escolar 2022-2023.
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