No se trata ni de filias ni de fobias, simplemente son datos y hechos evidentes para quien quiera verlos: todo apunta a que, en tan sólo diez días, la maestra Delfina Gómez ganará la elección del Estado de México y lo más seguro, es que sea por una tremenda paliza.
¿Cuánto es una paliza?, bueno, definitivamente más de 5 puntos es una cómoda ventaja, pero quizá pueda ser mucho más: un golpe que dejará al priato en sus estertores y a la oposición con otra derrota moral de la que será muy difícil recuperarse para el próximo año.
En otra entrega analizaremos lo que viene para el 2024, pero estas son cinco razones por las que pienso que esta elección ya se definió:
1. El PRI y sus socios jamás entendieron que en la elección jugaban de locales, si bien el antilopezobradorismo existe en el Estado de México, pesa mucho más el antipriismo, el rechazo al sistema que pasa por el gobierno y por el partido mismo. La tarea no era nada sencilla, Del Moral no sólo representa la continuidad de Alfredo del Mazo, sino de casi un siglo de gobernadores embarrados en escándalos de corrupción y protegidos por una cofradía de impunidad. ¿Cómo decirle a la gente que uno es heredero de los Hank, Chuayffet, Montiel y un largo etcétera, pero que, ahora sí, se va a portar decentemente?… ¡Vaya!, claro que hay que ser “valiente” para eso.
2. Delfina Gómez apostó a una campaña alegre, fiestera y emocional; en contraste, Alejandra del Moral sonó primero soberbia, luego regañona y al final, francamente desesperada, costó trabajo verla bien y de buenas. Se notó demasiado la salida de su zona de confort, la presión de saberse popularmente débil y a la baja frente a su adversaria. Se nota, además, el nervio de convertirse en la primera derrotada del priato en el estado, algo así como una Labastida de 2023.
3. La derrota a veces apesta desde antes y los priístas conocen muy bien ese hedor. Los eventos de Alejandra del Moral fueron, en su mayoría, desangelados, repletos de los acarreados de siempre, desganados; me dicen que los recursos de tierra llegaban a cuentagotas y que para muchos operadores ha sido mejor hacer un guardadito para las vacas flacas, ¿para qué le echamos dinero bueno al malo?… Por cierto, el apoyo del diputado morenista Vicente Onofre a Del Moral no sorprendió a nadie; de hecho, el año pasado Onofre apoyó en el Congreso a Alejandro Moreno en varios asuntos.
4. La campaña de Delfina Gómez tuvo tiempo para realizar una operación cicatriz y unificar los esfuerzos, no hubo golpes bajos ni puñaladas traperas, mientras que a Alejandra del Moral la abandonaron algunos sectores del PAN, del PRD y ¡hasta del PRI!, a Delfina la apoyaron con todo, la visión de su equipo fue clara desde el primer momento: no se puede perder, no se pueden dejar cabos sueltos. En la 4T pactaban a toda costa y en la Alianza se metieron el pie.
5. El PRI quiso imponer a una priista, les importó más el rancio protocolo mexiquense que la realidad del país y del Estado, ¿Hubiera sido diferente con un Enrique Vargas?, ¿hubiera sido distinto si la alianza apoyaba a un emecista como Juan Zepeda?, ¿o qué tal un candidato más ciudadano?
Igual y me equivoco y resulta que el PRI triunfa, que la alianza no termina agarrada de las greñas sino fortalecida y que la oposición arrasa en el 2024… Ajá.
De Colofón
Ya sé que es una ocurrencia, pero van algunos datos curiosos: Para la rifa no rifa del avión presidencial, el pueblo bueno y sabio compró boletos a 500 pesos para intentar juntar unos 2,000 millones de pesos y, obvio, no lo lograron.
El Presidente dice que vendería acciones de Banamex 4T por 2,000 millones de dólares, o sea 40 mil millones de pesos… ¿Cuánto valdría cada acción?, ¿cuántas serían para lograr su sueño de “Tata” Lázaro?
En fin, y todavía faltan 493 días para que se termine el sexenio.
@LuisCardenasMX
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