La actividad gubernamental está condicionada por un entramado de regulaciones muy denso, especialmente en los casos de disposición de dineros. El asunto del préstamo a una organización deportiva privada, así nos lo demuestra, manteniendo en jaque al Ejecutivo estatal, por una decisión que acarreará responsabilidades. No encuentran la salida, porque no la hay. Pero también es el caso del “Programa QC3814 Apoyo Mujeres Grandeza”, bajo cuya cobertura, la Secretaría de Desarrollo Social y Humano del estado (Sedeshu), realizó un apoteótico carnaval de entrega de dinero a 25,000 mujeres, en las instalaciones del Parque Bicentenario de Silao.
De conformidad con el artículo 134 de nuestra Constitución, los recursos que se dispongan deben de gastarse de manera eficaz, eficiente, económica, transparente y honrada, para alcanzar los objetivos planeados. También deberá ser evaluada técnicamente la gestión de los recursos y sus resultados. Una cuestión importante: los servidores públicos tienen la obligación de aplicar los recursos con imparcialidad, sin influir en la equidad de la competencia entre los partidos políticos. Eso dice nuestra Constitución.
El 10 de abril, el gobernador de Guanajuato, enrocó funcionarios, enviando a la Sedeshu a su secretaria de Gobierno, la maestra Libia García. Con este movimiento, la convirtió en su precandidata oficial para las elecciones de 2024. A su llegada apresuró la confección de las Reglas de Operación del gasto presupuestal programado, denominado QC3814, cuyo monto era de casi 306 millones de pesos. Intentaba tenerlas vigentes para organizar la mega reunión el 10 de mayo, día de la Madre, pero no pudieron ser publicadas en el Diario Oficial sino hasta el 15 de mayo. Ni modo, se perdió una gran oportunidad de excitar el sentimentalismo materno, y la reunión tuvo que ser reprogramada para el lunes 22 de este mes. Punto interesante: con estas acciones, queda claro que ella misma diseñó la entrega de recursos a su conveniencia, para poder ser gastado en un magno evento con transportación de mujeres, equiparable al destape populachero de alguna candidatura oficialista de los años setenta.
Para agudizar más las crisis que se construyen desde el entorno del gobernador, el modelaje del programa Mujeres Grandeza (sic) presenta deficiencias. Para empezar viola los principios de eficiencia y eficacia, porque su finalidad es ampliar las capacidades económicas de las mujeres adultas guanajuatenses, cuya población objetivo es de casi dos millones doscientas mil mujeres. ¡Asómbrese! Le entregarán recurso solo a 38 mil, el 1.7 % del objetivo. Algo anda mal en la aplicación de la metodología de Marco Lógico. ¿No podrían diseñar acciones de mayor impacto que repartirles dinero a unas cuantas personas seleccionadas con criterios sospechosos? Algo más inteligente se podría hacer con esos recursos para paliar mejor la pobreza que lacera en nuestro estado ¿no creen?
Por lo pronto ya se gastaron los 306 millones de pesos, en un solo evento organizado con base en acarreos. Les sobra el dinero, porque la bolsa de esa Secretaría trae más de 3000 millones de pesos. Y en lugar de entregar las tarjetas en domicilio, organizan un acontecimiento para rendirle pleitesía al dios de la Indignidad, misma con que trata a las personas este gobierno. Porque para todos es claro, que el reparto de dinero es un mecanismo de clientelización, para condicionar a las familias beneficiadas a votar por un partido político. La estrategia se maquina para arrebatarles a los ciudadanos más vulnerables, su libertad de elegir.
Pero sorpréndanse. El destino puede acarrear castigo para quienes actúan mal. Los hechos de que la elegida por el gobernador como precandidata, haya llegado a la Sedeshu, diseñado sus reglas de operación, publicándolas con su firma, pueden acarrear severos dolores de cabeza, como en el caso del préstamo para comprar el estadio. En estos momentos, no hay violación por actos anticipados de campaña porque aún no hay candidatos registrados. Pero en el momento en que se concrete el nombramiento como candidata de Libia, las cosas cambian, las violaciones al marco legal se actualizan y sus opositores pueden armar un bonito expediente, basado en las gestiones que hemos narrado y los discursos pronunciados en el festival de repartición de dineros. Se autoincriminó. Sin meditarlo, ella sola se tendió una trampa.
Los diosecillos que rondan en el Palacio de Gobierno se siguen equivocando. No dan una. Conducen al gobernador y a su candidata a una derrota anunciada, porque creen, desde su soberbia, que a billetazos se puede ganar cualquier elección. Al tiempo cada quién asumirá sus responsabilidades por actuar dolosamente despilfarrando los recursos públicos.