Hay un grupo inconforme de panistas que no se expresan aquí en el estado de Guanajuato; se mantienen a la expectativa, observan, solo observan cómo el Gobernador Diego Rodríguez y su equipo operan en favor de una persona, abierta y descaradamente a posible candidata a la gubernatura, percibiéndolo como una imposición, como una decisión unilateral.
Llamó mi atención la entrevista que concedió o desahogó Carlos Medina Plascencia, con el periodista Cutberto Jiménez, a este diario el día 13 de junio de 2023, el martes, que abarcó una plana completa; quizás algunos amables lectores la tuvieron en sus manos, si no, pueden consultarla en Internet.
Como es bien sabido, Medina Plascencia, ostenta un liderazgo indiscutible en las filas del PAN; fue el primer Presidente Municipal en León, y el primer Gobernador en el Estado con etiqueta azul, abriendo paso a Vicente Fox para el mismo cargo en 1995; su estilo juvenil, franco y directo sirvió de ejemplo para varias generaciones más de panistas en ciernes.
El “Carlos Medina” que vi este día 13 de junio, es otro, diferente al que conocí desde 1991 en que tuvimos un primer encuentro, y luego a nuestra agradable vecindad en nuestras oficinas en el Bulevar Campestre, cuando fue Senador de la República, sincero, valiente, definido, identificado con la militancia, hablando sin rodeos. 
Ahora, da tristeza leer sus respuestas a los cuestionamientos del agudo y sagaz reportero: ambiguas, sin sentido, sin guía, con temores, como si no tuviera autoridad moral para confrontar o contradecir a la dirigencia estatal del PAN, o al propio Gobernador Rodríguez Vallejo, aun cuando se percibe, como a muchos más, incluyendo al propio Medina Plascencia, que no les parece la imposición de una posible candidata a la gubernatura ya en proceso. 
Pero no se atreve a mencionarlo, ni a manifestar su inconformidad, y mucho menos a arengar a la militancia a que reaccione ante esos actos impositivos; más bien parece andar entre las ramas, más inclinado a alinearse también al aparato gubernamental.
Sus respuestas son muy medidas y cuidadosas. Valga como ejemplo esta pregunta y respuesta: “Cutberto Jiménez: ¿Para ustedes no sería suficiente una elección interna para dar legitimidad a la candidatura, que lo decidan los 16 mil panistas del Estado de Guanajuato?” Y Medina Plascencia responde: “Tiene que ser también con la legitimidad hacia la propia sociedad. ¿Cómo hacerlo? en eso estamos trabajando, en el método de candidaturas; y no nada más para gobernador”.
Hasta ahí, podrán constatar los amables lectores, tibieza pura en la respuesta, cautelosa, sin contundencia, como él no solía hacerlo. Pareciera que algo cuida, quizá la unidad y el peligro de división, de las que también hace referencia, en el mejor de los casos; o, acaso vemos a un Medina Plascencia, ya sin mística, proyecto agotado, sin discurso, sin ideales, en la molicie, provocada por la solvencia económica y una vida de comodidad y embeleso. 
El panorama está incierto para el Partido Acción Nacional, porque los grupos que conforman apoyo a los demás aspirantes a la gubernatura, no se quedarían quietos ni amoldados a las directrices de la cúpula en el poder que no se visualizan del todo fuertes y sólidos; o, al menos, que haya una posición de acuerdo satisfactorio desde esa cúpula con los demás actores políticos que les garanticen un buen reparto y participación en el posible triunfo sexenal nuevamente, para que vayan todos unidos. Pero qué pasaría si cada quien se monta en su macho y se carece de negociación. ¿Quién le pondrá el cascabel al gato?
NOTA: Mi agradecimiento a la Maestra Gloria Juárez de Quiroz por el obsequio de su obra sobre la Ciudad de Guanajuato que luego comentaremos.
 

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