Como todo parece indicar, las dirigencias del PAN, PRD y PRI armaron finalmente un acuerdo con las más destacadas organizaciones ciudadanas, entre las que se encuentra Unid@s, Va por México y el Frente Cívico Nacional, con el objetivo de constituir un poderoso y afortunado frente común, orientado a excluir del ejecutivo y del legislativo a cualquier persona nociva y enemiga del bienestar nacional perteneciente o cercana a Morena. 

De ser válido y transparente dicho acuerdo, comencemos por evitar la presencia de una mano negra en la elección del candidato presidencial, para que quien haya resultado electo, responda a un proceso democrático propio de una coalición respetable que le permitirá cumplir con la faraónica tarea de reconstruir al país. 

Ahora bien, los aspirantes al congreso, no deberán ser personajes vulnerables que puedan ser chantajeados por AMLO de acuerdo a un pasado político podrido. Se trata de conquistar la mayoría calificada en el congreso, por lo cual se deben proponer candidatos que no puedan ser sujetos a extorsiones políticas, utilizadas para entregar sus curules a Morena, como ha acontecido con la inmensa mayoría de los antiguos gobernadores de la oposición, auténticos presupuestívoros quienes, en lugar de estar recluidos en alguna prisión, hoy representan en casi todo el mundo a la 4T, el imperio de la demencia, dedicado al embrutecimiento y explotación indigna de los marginados. 

Una vez logrado el proceso de desinfección del poder ejecutivo y del legislativo, mediante el encumbramiento de candidatos de trayectoria tan eficiente como impoluta, se impondrá un purga abundante y concentrada para sanar el aparato de gobierno. Si queremos salvar a México purguémoslo ya: estamos a tiempo… Hoy tenemos todavía la dorada oportunidad de dar un golpe de timón para no encallar en los arrecifes el gran buque de México.

La purga, como todas las purgas, a nadie resulta agradable pero no por ello ésta deja de ser necesaria para reparar el organismo enfermo. ¿Cuánto más podemos atentar en contra de nosotros mismos? ¿Cuánto más podemos conspirar inconscientemente en contra de nuestra democracia y de la paciencia de la sociedad?

Es inaplazable arrebatarle a Morena el control del presupuesto federal, el ahorro de todos los mexicanos, del que AMLO dispone impunemente. Empecemos, de inmediato, el proceso de reconciliación nacional, la existencia de 60 millones de pobres exhibe un rostro indeseable de la sociedad mexicana, egoísta e indolente que no se alarma por el hambre de casi 30 millones de compatriotas. Urge una reforma fiscal y un pacto por la creación de empleos para incorporar a millones de compatriotas al sector formal de la economía. Se requiere la instalación improrrogable de un estado de derecho que dé certeza jurídica a nacionales y extranjeros, así como la reconstrucción de un sistema de salud que surta recetas y vacunas y vuelva a ofrecer servicios médicos sin dejar desamparados a quienes menos tienen. Trabemos alianzas con las policías del Grupo de los 7 para controlar y erradicar a los narcotraficantes, destructores de la nación. Abramos PEMEX y CFE, a los inversionistas de cualquier nacionalidad, porque son empresas quebradas que degradan el crédito de México e impiden el arribo de capitales al país a falta de energías limpias y baratas. Reconstruyamos las instituciones nacionales garantes de nuestra democracia.

Nuestro país no resistirá 6 años más de corrupción, de contracción económica, de desperdicio de grandes oportunidades como el nearshoring. No podemos aceptar a un gobierno que proponga dirigir al país con recetas extraídas del bote la basura, que despilfarre los recursos públicos que invite a la división interna, a la desaparición del orden jurídico y de la exclusión de los eficientes si no le son leales, ¿a qué?

Las corcholatas violan a diario la ley electoral, financian sus campañas con dinero negro y prometen la continuidad hacia el abismo. ¿Cómo se puede votar por alguien promete la continuidad de la 4T? Afortunadamente, van surgiendo líderes políticos, los que necesitamos para el futuro de México. La última palabra, como siempre, la tiene el electorado siempre y cuando salga a votar. La tarea de todos nosotros comienza en las urnas, a la próxima administración le corresponderá aplicar la purga.

 

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