Bruselas.- El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, y el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelenskyy, fueron los protagonistas de una cumbre de la Unión Europea, subrayando la importancia que da el bloque a la protección de su flanco oriental de la agresión de Rusia y a reforzar la capacidad de defensa de Kiev.
En un comunicado, emitido a primera hora del viernes tras la conclusión de la reunión, los líderes de la UE reafirmaron su disposición “a proporcionar apoyo militar sostenible a Ucrania por el tiempo que sea necesario”.
Zelenskyy participó en la cumbre por videoconferencia y Stoltenberg asistió a un almuerzo con los mandatarios. Pero la atención estaba puesta en un asunto que no estaba siquiera en la agenda oficial: las consecuencias de la sorprendente rebelión del fin de semana en Rusia y su impacto sobre el gobierno del presidente Vladímir Putin.
“El motín que vimos durante el fin de semana demuestra que dentro del sistema ruso hay grietas y divisiones. Al mismo tiempo, es importante subrayar que esas son cuestiones internas de Rusia”, dijo Stoltenberg.
Zelenskyy fue más contundente y rebatió a quienes aseguran que un Putin herido sería más imprevisible y peligroso.
“Estamos viendo su debilidad, que es lo que tanto necesitamos”, señaló en un intervención. “Cuánto más débil sea Rusia, y cuánto más teman sus jefes le teman a los motines y alzamientos, más evitarán irritarnos. La debilidad de Rusia hace más seguros a los demás”.
Los líderes comunitarios coincidieron en que, sin duda, Putin había sufrido un revés.
El presidente de Lituania, Gitanas Nauseda, uno de los varios países del bloque que comparte frontera con Rusia, insistió en que lo ocurrido era un motivo más para adoptar una postura firme hacia el presidente ruso, Vladímir Putin.
“Algunos colegas dicen a veces que un Putin fuerte es menos peligroso que un Putin débil. Yo no estoy de acuerdo con eso. Tenemos que avanzar y ser contundentes, porque este es un momento crucial en la historia”, afirmó.
“Esto mostró profundas grietas en el sistema de Putin. El motín del fin de semana pasado tendrá consecuencias que veremos”, dijo la presidenta de la Comisión Europea. Ursula von der Leyen.
Funcionarios de varios países miembro e instituciones comunitarias dijeron que el caos y la inestabilidad creados por la rebelión no solo obligarían a la UE a redoblar su apoyo a Ucrania con compromisos de más munición, sino que intensificarán los esfuerzos para garantizar que los combates y la violencia no se extiendan al propio bloque.
“No hay lugar para la indecisión”, dijo la primera ministra de Estonia, Kaja Kallas. “Debemos seguir aumentando el precio de la agresión rusa”.
En su comunicado final, los líderes señalaron que “están dispuestos a contribuir, junto con los socios, a futuros compromisos de seguridad con Ucrania que le ayudarán a defenderse en el largo plazo, a disuadir los actos de agresión y a resistir los esfuerzos de desestabilización”.
La mayoría de los países de la UE forman parte también de la OTAN, y en la cumbre de la alianza prevista para el 11 y 12 de julio tratarán de dar a Kiev más garantías de seguridad.
La UE y sus países miembro han aportado un estimado de 75.000 millones de euros (82.000 millones de dólares) en ayudas tanto para reforzar los suministros militares como para garantizar que la economía ucraniana siga a flote.
En la reunión de Bruselas, los mandatarios revisaron hasta qué punto pueden emplearse los activos del banco central ruso congelados — que se estiman en alrededor de 200.000 millones de euros (217.000 millones de dólares) — para este fin. Además, encargaron a la Comisión y al departamento de política exterior que trabajen para buscar la mejor forma de hacerlo, en coordinación con los socios internacionales dispuestos a hacer lo mismo.
Varios de los socios temen que la base legal siga siendo demasiado inestable y el Banco Central Europeo advirtió que confiscar esos activos o sus beneficios podrían suponer un grave riesgo para la reputación del euro.