Ayer el presidente López Obrador anunció quién será la candidata a la Presidencia de Claudio X. González. Si bien dijo que lo sabía desde hace 15 días, porque le habían dicho sus “gargantas profundas”, apenas ayer compartió la información. Es Xóchitl Gálvez, reveló, para sorpresa de nadie, porque en las últimas semanas la atención a esta mujer indígena se ha disparado. El único que al parecer no lo sabía, pese a sus espías, era el propio López Obrador, quien apenas el 26 de junio dijo que “en dos o tres días les puedo decir quién va a ser el candidato y estoy seguro de que no me voy a equivocar”. Sí, dijo candidato, no candidata. 

Yo no sé si Xóchitl sea la candidata de Claudio X. González Guajardo, un activista que hasta hace poco el presidente confundía con su padre, Claudio X. González Laporte. Hace unos días lo describió como el gran líder de “los potentados, los oligarcas, los políticos corruptos”, el “gran elector”; ahora dice que es simplemente un “gerente”. 

La verdad es que Xóchitl parece ser más la candidata de López Obrador que de Claudio X. El propio presidente la impulsó al mentir sobre sus posiciones y descalificarla después, y al negarle derecho de réplica en la mañanera, incluso después de que un juez le concedió un amparo. La apoyó también El Fisgón, uno de los caricaturistas a sueldo del régimen, quien publicó una imagen misógina y racista de Xóchitl vestida de indígena, con una pluma en la cabeza, y hablando un español de apache de Hollywood. El Monero Hernández aportó también su propia caricatura, tomada de una fotografía de la familia paterna de Gálvez, indígena toda, en la que sustituyó a sus familiares por personajes como Carlos Salinas de Gortari, Diego Fernández de Cevallos, Vicente Fox y, por supuesto, Claudio X. 

Ayer el presidente anunció la candidatura de Xóchitl, pero también la atacó. Dijo que los conservadores “suponen que si nació en un pueblo va a tener el apoyo del pueblo”, pero ella “forma parte de los conservadores; desde luego no es de los de arriba, pero sí forma parte del mismo agrupamiento, porque también en el bloque conservador hay nivelitos”. 

Los propagandistas de Morena dicen que Xóchitl fue hechura de Fox, pero es falso. Ella nació en Tepatepec, una comunidad indígena del Mezquital, Hidalgo. Estudió ingeniera en la UNAM y fundó una empresa de edificios inteligentes. Creó también una fundación, Porvenir, para apoyar la alimentación de niños indígenas. Yo la conocí en 2000, en el Foro Económico Mundial de Davos, donde fue nombrada Young Global Leader por sus éxitos como empresaria y su activismo social. Ella no conocía a Fox ni votó por él, sino por Gilberto Rincón Gallardo. A Fox se la propusieron los headhunters, los cazatalentos. 

Quizá las descalificaciones que hoy López Obrador le lanza a Xóchitl se deben a que le hubiera gustado tenerla en su movimiento. Cuando AMLO era jefe de gobierno del Distrito Federal le marcó en una ocasión a Xóchitl por la red para pedirle apoyo para llevar electricidad a algunas zonas de la Chontalpa, en un momento en que la CFE había abandonado el estado por el boicot al pago de luz promovido por el propio AMLO. Xóchitl apoyó ese proyecto de electrificación. Más adelante recibió a AMLO en el Mezquital, pese al enojo del presidente Fox. En 2016, y a través de Claudia Sheinbaum, López Obrador le ofreció unirse a su movimiento, pero ella no aceptó. 

No sé cuál sea el candidato de Claudio X., pero parece que López Obrador ha hecho todo lo posible por impulsar a Xóchitl. Es una buena decisión. Ella podría dejar atrás el camino de confrontación y odio que ha promovido el presidente y que tanto daño le ha hecho al país.  

Machismo

Ayer Xóchitl le espetó al presidente: “Usted dice que fulano o zutano me van a poner de candidata porque usted no puede concebir que una mujer fuerte y capaz pueda ganarse por sí misma la posición”. Sin duda la posición de AMLO es machista. 

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