Para nadie es un secreto el severo problema de inseguridad e impunidad que se vive en Guanajuato, una de las entidades que padece este flagelo desde hace más de 20 años.
Métricas hay muchas, pero acciones hay pocas.
Y de eso dan cuenta los mismos números de autoridades locales, estatales y federales quienes parecen impávidos ante las estadísticas que nos colocan en los primeros lugares de homicidios dolosos, violencia contra las mujeres, robos en la vía pública y en las carreteras de nuestro hermoso territorio.
También lo dicen nuestros visitantes y nosotros mismos quienes hemos reducido la movilidad ante la percepción y las malas experiencias en el tránsito por esta, la Cuna de la Independencia Nacional.
Si bien han existido programas para atender el tema, lo que hoy hace falta es una acción contundente, con todas las herramientas para que la fuerza del estado actúe contra los delincuentes.
De acuerdo con la última encuesta de T-Research, en lo que va del sexenio, se cuentan 18 mil 877 homicidios violentos en Guanajuato. Este diario reporta de manera puntual que en lo que va del mes, hay un promedio de 10 muertes con violencia al día, lo que genera esa sensación de miedo entre quienes habitamos en el estado.
Sí, se dirá sin embargo que no ha parado la economía, que las ferias y convenciones no se han afectado por este tema ni tampoco se han contraído las inversiones. Pero eso no lo es todo, la tranquilidad en la que merecemos vivir las y los guanajuatenses, no puede ser medida con base a esos indicadores.
Hoy no podemos seguir con la zozobra de ver si nuestros hijos que salen a divertirse son o no víctimas de la violencia. No podemos seguir con la esperanza de que nadie nos lesione nuestro patrimonio. No podemos seguir siendo rehenes si queremos en un fin de semana, ir a visitar con tranquilidad algunos sitios de interés en nuestra hermosa tierra.
Hace unos días, amigas y amigos, visitó Celaya y León Marcelo Ebrard, quien busca encabezar los trabajos dentro de Morena para llevar a buen puerto el proceso que vendrá en el 2024. Lo hizo en esas dos localidades por una razón, es ahí donde la población se siente más insegura y donde se han reportado el mayor número de crímenes.
Marcelo Ebrard dialogó con madres buscadoras, con pequeños comerciantes, estudiantes, amas de casa, obreros y campesinos, entre otros, sobre cómo en otros países se ha logrado echar mano de la tecnología para mejorar la seguridad no solo de un estado sino en una colonia, un barrio, una calle y una casa.
Platicó sobre ÁNGEL, un programa de geolocalización, como el que ya se utiliza por parte de los valuadores y de personas que ven temas topográficos y demográficos, para la detección de personas que nos quieran hacer daño.
Si eso se combina con los datos que hemos dejado para la credencial de elector y la banca privada, llamados datos biométricos, podría contarse con una poderosa herramienta para la persecución y prevención del delito.
No se trata de inventar el hilo negro, se trata de poner toda la fuerza del estado para que la población viva tranquila y sin estrés.
La ciudadanía ve en ÁNGEL un respiro ante este problema de la inseguridad, lo que nosotros vemos es una respuesta. Finalmente ya llegará el momento de dar una propuesta pero, el esbozo apenas en este diálogo, representa una luz al final del túnel.
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