Como la mayoría de la gente, Kim Thomas tiene una conexión de banda ancha en casa que utiliza para revisar correos electrónicos, navegar por internet, escuchar música y ver videos.
Pero a diferencia de la mayoría, Thomas, de 56 años, directora de programas para una fundación benéfica en Portland, Oregon, no paga un recibo mensual. Todo lo que hizo fue comprar un router y una antena aérea a un costo total de unos 150 dólares.
Thomas es una participante en el Proyecto Personal Telco, uno entre un creciente número de redes inalámbricas comunitarias acopladas. Estas redes alternativas, construidas y mantenidas por sus usuarios, surgen en un momento en el que los proveedores de servicio de internet son limitados en número y son acusados de cooperar con espías gubernamentales.
“Veo a amigos que tienen internet por cable y sus recibos simplemente aumentan cada vez más y no tienen control, pero sienten que dependen de ello”, dijo Thomas.
Una red inalámbrica acoplada es esencialmente un montón de routers inalámbricos interconectados, o nódulos, que propagan el tráfico entre usuarios y también transmiten el servicio de banda ancha desde nódulos conectados a internet.
Quizás la más extensa y antigua de ellas es la Red Inalámbrica Metropolitana de Atenas, o AWMN, en Grecia, iniciada en el 2012 por personas frustradas con la lenta introducción del servicio de banda ancha en la ciudad.
Hoy, la red tiene más de 2 mil 500 usuarios en toda el área metropolitana e islas contiguas y ofrece velocidades en algunas zonas de más de 100 megabits por segundo, comparado con entre 4 y 7 megabits por segundo de las típicas conexiones residenciales de cable y DSL en Estados Unidos.
“Es muy rápida. Pero a final de cuentas, resulta que el acceso a internet no les importa a muchos usuarios porque la red tiene sus propios servicios”, apuntó Joseph Bonicioli, presidente voluntario de la asociación que supervisa a la AWMN. Bonicioli dijo que la organización tenía sus propios motores de búsqueda, servicios de Voz sobre Protocolo de Internet, así como “foros, actividades sociales y contenido como videos”.
Las redes inalámbricas acopladas comunitarias -nadie lleva seguimiento de cuántas hay, pero probablemente suman miles en el mundo- deben su existencia a los avances relativamente recientes en la tecnología inalámbrica. Muchas de estas innovaciones, de hecho, se derivan de la radioastronomía.
“Ha habido algunos avances realmente increíbles en los últimos 10 años”, comentó Sascha Meinrath, director del Instituto de Tecnologías Abiertas (OTI), en la New America Foundation, que ha sido el nexo para el movimiento de las redes inalámbricas acopladas.
En octubre, el OTI lanzó su Commotion Construction Kit, que brinda instrucciones paso a paso sobre cómo instalar una red inalámbrica acoplada utilizando un código de fuente abierta y routers y antenas para usos generales.
El enfoque del OTI, que ha recibido apoyo económico del Departamento de Estado de EU, ha estado brindando las instrucciones a personas que viven en naciones represivas por todo el mundo y a activistas en Estados Unidos.
Ya que las redes acopladas son autónomas de la internet general, no pueden ser bloqueadas por un Gobierno. Estas redes también son más difíciles de vigilar por la manera en que los datos rebotan de manera impredecible entre nódulos sin un servidor centralizado.
Por supuesto, una vez que el usuario sale de los confines de la red acoplada y apunta su navegador a Facebook o Google, desaparecen las protecciones. Queda tan vulnerable a la vigilancia como cualquier otra persona.
Pero cada vez más, las redes acopladas se vinculan directamente a la columna vertebral de la internet para alcanzar mayor velocidad y eliminar las puertas de enlace intermediarias y sus restricciones. Éste es el caso de la Freedom Network, en Kansas City, Kansas, así como el de muchas redes acopladas europeas, entre ellas FunkFeuer, en Viena; WirelessAntwerpen, en Amberes; y Freifunk, en Berlín.
Muchas redes acopladas ni siquiera tienen acuerdos de usuario por escrito, aunque los administradores explicaron que se entendía que los usuarios no tenían permitido generar tráfico excesivo o interferir con el tráfico que pasa por sus nódulos. Por seguridad, sugieren que los miembros utilicen una red privada virtual como WiTopia o VyprVPN además de la encriptación inicial de datos, que es aconsejable siempre que se utilice Wi-Fi en casa o en espacios públicos.
Crean usuarios red inalámbrica privada
Cada vez más usuarios se suman a las redes alternativas construidas por ellos mismos debido a que los proveedores del servicio son limitados en número