DESDE los tiempos del viejo PRI, no se veía un proceso electoral tan desaseado -por no decirle cochino- como el que se está conduciendo hacia 2024. Con el presidente de la República como abanderado de la ilegalidad, el resto de los participantes parecen muy cómodos fuera de las normas.
MUCHAS VECES dijo Andrés Manuel López Obrador que la corrupción se barría como las escaleras: de arriba hacia abajo. Y así justo es como están cayendo en cascada las irregularidades de la próxima elección presidencial, con un jefe del Ejecutivo utilizando todo el poder del Estado para manipular a los votantes y atacar a los adversarios.
Y SIGUE hacia abajo: un partido gobernante que actúa sin más escrúpulo que el de retener el gobierno. Con unas corcholatas que gastan los millones de pesos que supuestamente no tienen. Con gobernadores apoyando de forma descarada a su morenista favorito (o a varios, por si se ofrece). Y, para colmo, con un frente opositor queriendo copiar los mismos vicios de Morena.
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MUY A TONO con el estreno de la película “Barbie”, el senador Eduardo Ramírez pintó color de rosa su explicación sobre el lujoso penthouse que ocupa en Polanco y cuya propiedad es un misterio.
SEGÚN el morenista, él únicamente lo renta a una empresa, pero no sabe naaada sobre ella. ¿Curioso, no? Sobre todo porque él mismo reconoce haber vivido en ese mismo inmueble un par de años antes. Y lo más curioso es que Ramírez se niegue a dar a conocer cuánto paga de supuesta renta.
EL ASUNTO es de interés para la República por una sencilla razón: Eduardo Ramírez es coordinador de la bancada mayoritaria en la Cámara de Senadores. En ese sentido, resulta fundamental despejar cualquier sospecha sobre posible tráfico de influencias de parte del legislador. Para muchas empresas o cabilderos, resultaría sumamente útil “prestarle” el departamento al senador, en pago de eventuales favores recibidos.
LA OTRA posibilidad también es para preocuparse: si el senador es el dueño del penthouse, ¿por qué esconder su propiedad y, sobre todo, por qué falsear la información sobre la empresa que lo maneja? Tal vez el próximo lanzamiento de Barbie sea el Ken Legislador, que viene con depa en Polanco, Suburban, anuncios espectaculares, guaruras…
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VAYA terremoto en la Universidad de Stanford: el prestigiado neurocientífico Marc Tessier-Lavigne tuvo que renunciar como rector, tras confirmarse que hubo irregularidades en algunas investigaciones científicas en las que participó. Al enterarse del escándalo académico, la ministra Yasmín Esquivel comentó sorprendida: “¡Uy, qué delicados!”.