La expresión popular “ni Chana ni Juana” califica una acción que no es ni una cosa ni la otra. En el contexto de las políticas sanitarias en México esta frase cobra relevancia. Desde la perspectiva del Gobierno de Morena, se prometió, a través del Plan Nacional de Desarrollo (PND), la implementación de un plan integral de salud para aquellos que no están afiliados al IMSS o ISSSTE.
Se crearía el Instituto Nacional de Salud para el Bienestar (Insabi) -al que llamaré “Chana”-, para garantizar que, para 2024, todos los habitantes de México pudieran recibir atención médica y hospitalaria gratuita. Incluido en estos servicios estaría el suministro de medicamentos, materiales de curación y exámenes clínicos.
La travesía de Chana es bien conocida: surgió en 2019 por reforma a la Ley General de Salud, comenzó sus operaciones en 2020 con fondos públicos inferiores a los que disponía el Seguro Popular, de las entidades federativas y del bolsillo de los más desfavorecidos. Sin embargo, fracasó y fue enterrada, simbólicamente vestida de Morena, el 29 de mayo de este año. El motivo de su prematuro final es evidente: Chana no cumplió con lo prometido, causando frustración y angustia en la población. La muerte de Chana refleja el mayor fracaso de las políticas gubernamentales de esta administración de cuarta llevando dolor, muerte y mayor pobreza a las y los mexicanos sin seguridad social.
“Juana”, por otro lado, surgió hace más de 30 años como el programa “IMSS-Bienestar”, una iniciativa del IMSS para proporcionar un paquete básico de servicios de atención médica en las áreas rurales con fondos públicos. A raíz de la agonía primero y luego, desaparición de Chana, el inquilino del palacio decretó en agosto de 2022 la “transformación” de lo que era un programa institucional a una nueva entidad pública descentralizada: “Servicios de Salud IMSS-Bienestar”.
A pesar de la transformación, la sigue llamando “Juana”. Sin embargo, las promesas de servicios regulares del IMSS y la prisa por que las entidades federativas le entreguen sus propiedades, personal y recursos, son engaño lo primero y voracidad por fortalecer el monopolio de estado, lo segundo.
Porque, en realidad, Juana contará con los mismos recursos que Chana, recursos que han disminuido año tras año desde 2019 por el austericidio republicado puesto en la reforma de la Ley General de Salud y por el saqueo del Fondo Nacional de Salud para el Bienestar. Este déficit ha generado una escasez de medicamentos, personal e infraestructura. Por tanto, parece improbable que Juana pueda cumplir donde Chana falló. Mientras tanto, los mexicanos seguirán sufriendo las consecuencias en su salud y en sus bolsillos.
Un ejemplo de las deficiencias de Juana es el informe que recientemente presentó a la Cámara de Diputados sobre su ejecución presupuestaria la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. En él se refleja una caída del 16.6 % (4,967 millones de pesos) en el gasto público destinado a la salud en 2023 en comparación con el mismo periodo de 2022. Esta reducción corresponde a los recursos que la Secretaría de Salud gestiona a través de Juana y que también se envían a las entidades federativas. La disminución más notable se ha observado en los recursos destinados a salud pública, que incluye el programa Atención a la Salud y Medicamentos Gratuitos para la Población sin Seguridad Social Laboral, lo que indica una reducción del 47.8 % en mayo de 2023 en comparación con el mismo mes de 2022. Esencialmente, casi se ha recortado a la mitad el presupuesto destinado a la población más vulnerable.
Estos subejercicios del gasto son la clara evidencia de que el gobierno federal con Juana sigue experimentando y engañando, y no podrá implementar los servicios de atención médica ofrecidos en el PND para garantizar el derecho a la salud.
Además, las entidades federativas se quedan sin dinero para la salud, no les está llegando el presupuesto federal. Por entidad federativa, destaca la caída de los recursos para Colima con una caída de -95.7 % comparando 2023 con el año 2022; Ciudad de México de -57.1 %; Estado de México de -32.1; Chiapas del -31.7 %, Campeche del -31.7 % y los estados de Quintana Roo, San Luis Potosí, Veracruz, Yucatán, Morelos y Tlaxcala tienen en promedio una caída de -30 %. En el resto de los estados las caídas fueron entre el 8.8 % y el 30 %.
Concluyo que ni “Juana ni Chana” tendrán los medicamentos para la población. Por ello debemos alzar la vista al www.frenteampliopormexico.org.mx Iniciativa construida por la sociedad civil y los partidos políticos de oposición. Regístrate y participa el 3 de septiembre en la jornada cívica inédita para que juntos construyamos el México y la Salud que merecemos.
Medicamentos y promesas vacías: ‘ni Chana ni Juana’ han cumplido
Un ejemplo de las deficiencias de ‘Juana’ es el informe que presentó a la Cámara de Diputados sobre su ejecución presupuestaria la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. En él se refleja una caída del 16.6 % (4,967 millones de pesos) en el gasto público destinado a la salud en 2023