AL ESTILO de su jefe el Presidente, a Zoé Robledo ya le dio por echarle la culpa al pasado de los errores del presente. Conforme pasan los días, siguen saliendo más y más ejemplos del lamentable estado de los elevadores en un sinfín de instalaciones del IMSS.
LA MUERTE de una niña en una clínica en Playa del Carmen por un elevador en mal estado es el ejemplo más extremo. Pero las averías diarias, las descomposturas eternas y los pretextos infinitos, lo único que revelan es un desprecio de las autoridades del Seguro Social para sus derechohabientes y para su personal médico y de enfermería. El colmo son las imágenes de los camilleros ¡cargando! pacientes por las escaleras a lo largo de 2, 3, 4 pisos.
¿Y QUÉ dice el director del IMSS? Que la culpa es del ex director Mikel Arriola, quien dejó el cargo ¡hace 5 años y medio! Alguna doctora debería recetarle a Zoé Robledo pastillas para la memoria, a ver si así recuerda que el problema no son los elevadores que se compraron antes, sino el mantenimiento que no les dieron bajo su mandato.
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ALLÁ en Guerrero el atraco es institucional por agandalle del gobierno de Evelyn Salgado. Resulta que la administración morenista, sin más argumento que el de la fuerza pública, despojó a la Fibra Orión de la operación del Viaducto Diamante. Así, tal cual, por sus pistolas.
EVIDENTEMENTE, detrás de esta expropiación técnica, el gobierno de Morena lo que quiere es la lana. De ahí que la Secretaría de Gobierno entregó el cobro de peajes a una empresa patito, ¡que ni título de concesión tiene! Por supuesto, además, lo hicieron sin respetar las atribuciones y facultades de la Secretaría de Infraestructura Comunicaciones y Transportes federal.
EL COLMO es que por ser una Fibra, en la empresa despojada participan como inversionistas fondos de pensiones del ISSSTE y de Infonavit, lo que pone en riesgo el patrimonio de miles de trabajadores.
¡AH, POR CIERTO! Si usted viaja a Acapulco y quiere llegar por el Viaducto Diamante, más vale que lleve efectivo, porque es el único método de pago que no deja rastro, perdón, que aceptan los nuevos operadores.
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YA SALIÓ Octavio Romero a decir que la Secretaría de Hacienda salvará a Pemex de su monumental deuda, porque eso sale más barato que acudir a los mercados por recursos. A lo mejor es una locura, pero… ¿no saldría realmente más barato manejar la empresa como una empresa y no como un monumento ideológico? Y de paso, digamos, medirle la productividad, no las promesas; exigirle cuentas, no cuentos; y nomás por no dejar, tal vez nombrar como director a alguien que sí sepa del tema.